Este año la tradicional Peregrinación Juvenil a Luján celebra su edición número 50. Y entre los miles de fieles que transitan a pie el oeste del conurbano, Carolina Pampita Ardohain dijo nuevamente presente. En medio de su separación de Roberto García Moritán y mientras crece el escándalo en torno a su expareja, la modelo forma parte del multitudinario encuentro juvenil.
Como sucede año tras año, las organizaciones parroquiales disponen de diferentes puntos de salida a lo largo del recorrido entre el barrio de Liniers en Buenos Aires y la Basílica de Luján. Pampita y su grupo, entre los que se encuentra su asistente Estefanía Novillo, se congregaron en General Rodríguez y de allí partieron con rumbo a Luján.
Bajo un cielo celeste, el contingente inició la caminata a las 10 de la mañana, la hora señalada en las diferentes postas. De excelente humor, la jurado de Los 8 escalones siguió los pasos de su grupo, sonriente ante las cámaras propias y ajenas que la reconocían en la travesía. Y para demostrarlo, reflejó un improvisado cartel en uno de los puestos aledaños a la peregrinación que rezaba “Team Pampita” y un corazón.
Previamente, la modelo había mostrado el interior de la capilla en la que se juntaron y luego compartieron el peregrinar a la orilla del Ferrocarril Sarmiento, escuchando la palabra de los sacerdotes, entonando canciones parroquiales y disfrutando de una experiencia que por más que ya lleva 50 años, cada vez se vive como única.
Pampita es muy devota de la Virgen de Luján. Según ella misma contó, fue a la Basílica a pedir quedar nuevamente embarazada. Luego regresó para agradecer por la vida de su bebé Ana, la hija que tuvo con Roberto García Moritán. También es un espacio donde ella celebra todo lo que tiene y se conecta con un sentimiento espiritual y de fe. Y omnipresente, sobrevolando cada una de estas manifestaciones, su hija Bianca.
En las primeras fotos que Pampita compartió a través de sus historias de Instagram se la vio con ropa deportiva para estar cómoda acorde al plan: caminar varias horas bajo el sol para llegar a la basílica de Luján. Lució el pelo atado, unas gafas negras y con una sonrisa de oreja a oreja ya que pese al mal momento que está viviendo a nivel personal, es muy devota de la virgen y disfruta mucho de hacer este plan con sus amigas más cercanas.