Este mes es especial para todos los fanáticos de Lionel Messi. El rosarino acaba de cumplir los 37 años mientras disputa su séptima Copa América, la competencia que durante tantos años le fue esquiva y finalmente logró conseguir en 2021. Por eso, quienes veneran al diez del seleccionado argentino tienen varios motivos para celebrar este junio. Y el mismo Messi acaba de darles un nuevo motivo para alegrarse.
Se trata de un botín coleccionable que Messi lanzó en colaboración con Join The Planet, una organización que crea productos de valor simbólico con materiales reutilizados, vinculados a figuras icónicas, para financiar iniciativas en todo el mundo que protejan y regeneren ecosistemas naturales.
El coleccionable es una réplica exacta del famoso botín izquierdo de Messi, el mismo que marcó algunos de los goles más memorables y recordados del fútbol. Hecho con materiales reciclados, el calzado celebra la grandeza del argentino y también su compromiso con el medio ambiente.
El botín ya está disponible para todos los fanáticos y coleccionistas de Argentina, Ecuador, Perú, Uruguay y Costa Rica, quienes podrán comprar esta edición limitada de sólo 5000 unidades disponibles y recibirla en la puerta de sus casas. Los botines están a la venta desde el 20 de junio, con un precio final de US$ 399 finales, que se abonan en pesos argentinos desde la página de Tiendamia.
Cada pieza está hecha con materiales reciclados recogidos en la Patagonia, Indonesia, China, Tailandia, India y Ghana. La mayor parte del material es nailon procedente de redes de pesca desechadas, polipropileno reciclado de cuerdas y tapones de botella desechados, y fibra de vidrio reciclada. Todo ello fue recogido de forma ética, clasificado y enviado a la planta de producción.
Messi y Join The Planet
La primera parte de la colaboración entre Messi y la organización medioambiental se lanzó en directo por Twitch el 1 de marzo de este año. El capitán argentino es la figura clave de esta iniciativa. Según Thomas Kimber, Director de la Fundación Join the Planet y Fundador y CEO de Karün, a medida que Messi alcanza las últimas etapas de su carrera empieza a considerar su legado más allá del deporte. Es más, es consciente de su capacidad para influir positivamente en miles de millones de personas y quiere extender esa influencia al ámbito de la sostenibilidad medioambiental.
Kimber dice que fue natural acercarse a Messi para liderar este proyecto, ya que es un líder en la cancha y alguien que se asocia con un enfoque orientado al equipo. Kimber señala que "la implicación de Messi significa alcanzar a millones de personas que no forman parte del debate medioambiental".
La esperanza es que Messi se convierta en un símbolo de cómo el deporte puede influir en el cambio climático, creando acciones y soluciones significativas, no sólo más retórica de sostenibilidad. Se espera que la participación de Messi inspire también a otros deportistas y figuras del espectáculo a unirse a la causa.
Join the Planet es una marca que recoge y reutiliza materiales desechados en nuevos productos. Los beneficios de estos productos se destinan a su fundación homónima, "dedicada a la protección y regeneración de la naturaleza mediante el trabajo con las comunidades locales".
Según su sitio web, la misión de Join the Planet es facilitar las relaciones entre figuras públicas clave y comunidades "para generar un impacto positivo en el planeta". Al asociarse con figuras públicas tan conocidas como Leo Messi, Join the Planet pretende "amplificar su alcance e inspirar la participación global".
Otra organización que tiene un lugar clave dentro de la asociación es Karün, fundada por Thomas Kimber. Se trata de una empresa de la Patagonia con certificación B Corp, centrada en la transición hacia una economía regenerativa. La empresa trata de proteger la naturaleza aprendiendo de la sabiduría indígena y trabaja junto a las comunidades locales para ayudar a las personas a vivir en armonía con el entorno natural. Su nombre procede de la lengua indígena mapuche de Chile y significa ser naturaleza.
Karün fabrica lentes de sol con materiales reciclados y reutilizados, siguiendo un modelo de cadena de suministro regenerativa. La empresa patagónica fue clave a la hora de ayudar a reunir los materiales para construir la escultura de los botines de Messi. Además, utilizando la tecnología blockchain, estableció un sistema de trazabilidad que permite a los consumidores ver los procesos de recogida y producción del producto que están comprando y su huella de carbono asociada.
Divulgar información sobre la recogida y la producción es esencial para la transparencia y forma parte de la construcción de la cadena de valor. Kimber señala que la empresa debe mostrar cuánto CO2 se emite al fabricar cada producto: "No podemos taparnos los ojos ante esa realidad, tenemos que hacerla pública". Sólo así podrán crear una conciencia sostenible y trabajar activamente para reducir las emisiones.
Fundación Rosario
La última organización implicada en este proyecto es una cooperación público-privada que pretende reforzar la identidad de la ciudad de Rosario mediante, entre otras cosas, la restauración y regeneración del ecosistema natural de la ciudad. La Fundación Rosario es la encargada de gestionar el elemento local de la campaña Join The Planet para regenerar el río Paraná.
El presidente de la Fundación Rosario, Rómulo Bertoya, señala que “el objetivo de este proyecto es reducir la contaminación hídrica generada por el desarrollo socioproductivo de la Cuenca Ludueña que desemboca en el río Paraná y contribuir a la regeneración del tejido social vinculado a ella”.
Bertoya entiende la magnitud de este proyecto, al afirmar que “tenemos la oportunidad de generar un cambio de paradigma en la forma de abordar los problemas de la ciudad, considerando a la comunidad y a la naturaleza como protagonistas; concientizando y llamando a la participación activa de los ciudadanos en sinergia y de manera sistémica, para que el impacto tenga mayor incidencia y sea sustentable”.
Join the Planet y la Fundación Rosario llevan más de un año organizando limpiezas comunitarias locales del río y reforestarán la ciudad y las zonas degradadas a lo largo del río con plantas autóctonas. El trabajo involucrará a chicos de las academias deportivas locales, aumentando la conciencia medioambiental de los jóvenes deportistas de la ciudad.
El río Paraná
Limpiar y regenerar el maltrecho río Paraná es una necesidad. Con algo más de 5.000 kilómetros, el Paraná es el segundo río más largo de Sudamérica y un importante centro de transporte, pesca y comercio internacional. Atraviesa el sur de Brasil, el norte de Argentina, el sureste de Bolivia y la mayor parte de Uruguay, y bordea Rosario, la ciudad natal de Messi, antes de fundirse con el Río de la Plata y desembocar en el océano Atlántico junto a Buenos Aires.
Por desgracia, en los últimos años el Paraná se vio asolado por multitud de problemas. Según la experta en impacto ambiental Adriana Anzolín, uno de los principales problemas a los que se enfrenta el río es la deforestación a lo largo de sus islas y riberas. Estas zonas húmedas clave son esponjas naturales de humedad y forman parte de un ciclo de retroalimentación que ayuda a llevar los ríos atmosféricos de la selva amazónica a las llanuras del norte de Argentina.
A medida que los agricultores drenan estos humedales (y los de la selva tropical) para criar ganado, disminuye la capacidad de la tierra para captar agua y crear la humedad necesaria para que llueva. Además, la deforestación destruye la biodiversidad local, arruinando los hábitats de los animales, eliminando nutrientes vitales de la capa superior del suelo y disminuyendo la capacidad de los humedales para absorber dióxido de carbono de la atmósfera.
Por si fuera poco, el recién concluido ciclo de La Niña, en combinación con el cambio climático, creó una sequía multianual sin precedentes que dejó los cauces de los ríos al descubierto, una grave escasez de agua y limitadas posibilidades de pesca.
Como arteria vital para el comercio agrícola, el río Paraná se utiliza regularmente para transportar las exportaciones agrícolas de Argentina hacia el mar. La exposición constante a los buques de carga contamina las aguas del río, que se contaminan aún más por la escorrentía de pesticidas y fertilizantes de las explotaciones agrícolas cercanas y la escorrentía industrial de las fábricas de ciudades ribereñas como Campana, Zárate y Rosario.
Anzolín dice que es especialmente común encontrar escurrimiento de glifosato en el agua, que según un estudio de la Biblioteca Nacional de Medicina "puede afectar seriamente el desarrollo normal de las células", y puede “inducir trastornos motores y de conducta”.
Los esfuerzos para limpiar el río ya están en marcha, pero será necesario un cambio sistemático en todos los países para restaurar completamente el río a un estado saludable y mantener seguras a las comunidades locales.