Tras más de dos años en prisión acusado por la comisión de delitos financieros, el CEO de la extinta firma Adhemar Capital, Edgar Bacchiani, decidió romper el silencio.
El método elegido por el “God Trader” fue una carta de ocho carillas a la que tuvo acceso El Esquiú.com por intermedio de uno de sus asesores legales.
En la misiva, fechada el 30 de septiembre último, Bacchiani usa de pretexto una comunicación directa para quienes fueron sus inversores y cuenta los motivos que le impiden devolver los fondos captados hasta antes de la caída. Según sugiere, él también se siente una víctima de todo el meollo.
Además, el caído empresario incluye una serie de apreciaciones negativas sobre la Justicia y dispara, sin eufemismos, contra quienes integraron Adhemar Capital o fueron parte del entorno, como José Blas, Alexis Sarroca y Lucas Retamozo, entre otros. Incluso, el contenido de la carta tiene llamativos guiños: desde el inicio del texto y en diferentes partes pareciera querer que el Presidente Javier Milei o su fuerza política le sirva de respaldo. Una muestra es que, al lado de su firma, aparece entre paréntesis la sigla VLLC (Viva La Libertad Carajo), algo que también puede interpretarse con cierto sarcasmo.
Apertura libertaria
En el inicio de la misiva titulada “Carta abierta a todos los inversores de Adhemar Capital SRL” comenta que ya pasaron casi 30 meses de su detención para acotar: “Desde ese día, no volví a tener contacto con ustedes, me tienen enjaulado, me siento censurado, tal vez ciertos sectores no se animan a dejarme hablar, así que lo haré a través de este medio de letras”. Luego menciona la cantidad de cuerpos del expediente y supone que es “más grande que la causa de la ya condenada CFK, la cual sigue gozando de su libertad”. Inconexo con su causa, Bacchiani pide a Dios que “le siga brindando fuerzas y sabiduría a nuestro líder libertario, el doctor Milei” para que cierre el Banco Central.
El ahora
Luego, el “Trader God” esgrime: “Estamos entrampados judicialmente” en lo que hace a la causa. “Se dirimen competencia entre jueces y fiscales; unos dicen que me deben enjuiciar en Catamarca y otros en Córdoba y hasta en ambas; sale el procurador de la Corte y quedamos más confusos que antes; la Cámara Federal de Apelaciones omite todo tipo de expresión de agravio y a todo le dice no; a eso le sumamos la parte comercial; o sea.... nos encontramos bajo una persecución penal, comercial, mediática y política”.
Con liturgia libertaria, Bacchiani señala que sigue preso “y los chorros, los extorsionadores, los chantajistas y los caranchos siguen libres y haciendo de las suyas, motivos estos que vengo denunciando y lo seguiré haciendo y hoy decido hacerlo mediático”. “La instrucción de la causa se llenó de falencias, arbitrariedades, existen marcados conflictos de interés y hasta posibles tráficos de influencias”, sostiene.
Personajes y vínculos
En otro tramo de la carta apunta a distintas personas, entre ellas José Blas a quien califica como el “chorro n°1” y sostiene que “armó un esquema en connivencia con muchos de los famosos poceros, generando un desfalco financiero inimaginable en números, ya que fabricaban documentos/pagaré, que ni siquiera los registraban en el sistema y los cobraban por fuera de la empresa y no conformes también inventaban deuda a inversores ya reconocidos y se cobraban por allí también”. Según dice, Blas tenía 3 o 4 máximos colaboradores: “Pablo Olmi, Ernesto Erderbeche, Franco Brey y Gustavo Aparicio”. “Nefastos”, acota.
Indica que Blas y Olmi “tienen contacto estrecho con la Justicia federal; el hermano de José Blas es secretario del juez federal Miguel A. Contreras; y el cuñado de Olmi es el secretario del fiscal federal Santos Reynoso, el cual fue recusado por la Cámara Federal de Apelaciones en diciembre 2022 ya que su cuñado es inversor de Adhemar Capital, sin embargo durante esos 8 meses de instrucción, dicho fiscal se encargó de hacerme pedazos en la causa mientras encubría a los chorros”.
Luego llega el turno de Alexis Sarroca, a quien define como el “chorro nº2”, porque “hizo lo mismo que Blas, pero a menor escala y tiene connivencia con un tal Tucu Barragán y contacto estrecho con toda la familia del conocido “Gallo” Jalile, puesto que la prima de Sarroca era o es cónyuge de Jair Jalile, todos ellos inversores de AC SRL”. También menciona que “Augusto García Alaimo, se afanó, u$d 4.000.000 y se encuentra prófugo desde hace 31 meses”. Sobre esta última persona, supone que a la fiscal de Córdoba, Valeria Rissi, “se le durmió la tortuga”.
Es que, cuenta, Alaimo “era gerente comercial de AC Córdoba (me lo trajo Blas), pero la gerente de sucursal era Aldana Valeria Donato, que sabía que García Alaimo estaba destruyendo la oficina y aparentemente ‘hizo la vista gorda’, dicho sea de paso, la Fiscalía de Córdoba la pone cómo testigo estrella (testigo estrella del choreo debe ser), mientras que a nivel federal se encuentra procesada”.
Apelando al rumor, Bacchiani desliza que “Rissi junto a su marido, el señor Pueyrredón y dos más invirtieron u$d 70.000 y se los manejaba Donato... la conclusión se las dejo a su criterio”. Posteriormente quiere informarle a los inversores sobre “extorsionadores que también son chorros; (...) van en detrimento constante contra el patrimonio de ustedes y el mío. Son unas ratas apestosas”.
Allí habla de Carlos Correa y Lucas Retamozo, “más el séquito que responde a ellos”, quienes por vía de chantaje y extorsión, “tuvimos que ceder haciéndonos firmar muchos papeles sobre las propiedades que habíamos adquirido de manera lícita y genuina, con dinero justificado que no es producto de ningún delito”. “Todas esas propiedades de alto valor de mercado las tenía como respaldo para cualquier tipo de contingencias, estamos hablando un total de aproximadamente u$d 15.000.000”, afirmó.
Cargando responsabilidades, sostiene que “hasta la fecha, ni la Justicia Penal Federal y Provincial, ni la Justicia Comercial ha movido un dedo para que esa cantidad de bienes vuelva a mi patrimonio y sea dispuesto a las quiebras para que mis inversores sean reparados económicamente”. También asegura que nunca pidió la quiebra de Adhemar Capital y, sin perjuicio de ello, “a realizar pagos estando como hasta hoy, preso, con el aval y el conocimiento del juzgado federal y ni así me dejan colaborar”.
Sobre este eje, remarca que “hasta la fecha no sé a manos de quién fueron a parar -los pagos-, lo que sí sé que las personas que los arbitraron se quedaron con el vuelto y muchos pero muchos USDT”. En otra oración, califica al abogado Alfredo Aydar como un “siniestro personaje, el cuál primero me coaccionó, luego me chantajeó y no conforme me terminó extorsionando”.
¿Y los inversores?
Cerca del final, esgrime que “de un lado quedó Adhemar Capital y del otro lado ustedes, mis inversores; nos separa un muro lleno de chorros y extorsionadores y están libres o en su casa con el dinero y los bienes que les pertenece a ustedes y a mí”. “Yo quiero pagar, quiero cumplir, quiero mi domiciliaria. Estoy rehabilitado comercialmente para general ingresos, tengo la capacidad para hacerlo”, afirma para aclarar que eso “no incluye pagarés con firmas apócrifas”. “A todos mis inversores les pido sinceras disculpas”, dice para cerrar esperando “que tengamos un final feliz, recuperen lo suyo y yo lo mío”.
Fuente: Elesquiu.com