Oscar Laborde, exembajador argentino en Venezuela, se pronunció tras la denuncia del Gobierno por "traición a la patria" debido a su intervención en el caso del gendarme Nahuel Gallo, detenido en el país caribeño. Laborde calificó su acción como una "gestión humanitaria" y criticó la inacción del gobierno argentino respecto al caso.

La gestión de la carta: un acto humanitario

Laborde explicó que entregó una carta al gendarme de parte de su madre, Griselda Heredia, quien se lo solicitó a través del dirigente social Juan Grabois. Según el exembajador, la acción no tuvo carácter oficial y se limitó a un gesto humanitario. "La madre estuvo muy agradecida por la acción", destacó Laborde, refutando las acusaciones de haber respaldado al gobierno de Nicolás Maduro.

Críticas a la gestión del Gobierno y de Patricia Bullrich

En declaraciones radiales, Laborde señaló que el Gobierno argentino no ha tomado medidas concretas para la liberación del gendarme, mencionando la falta de un abogado oficial que atienda el caso. Además, responsabilizó a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, de politizar el tema y de intentar desviar la atención con acusaciones infundadas.

"No hice nada en contra de los intereses del país"

Sobre la denuncia de "traición a la patria", Laborde afirmó que su acción estuvo motivada por consideraciones humanitarias y no por intenciones políticas. "Con los contactos que me quedaron de mi gestión como embajador, solo pregunté si podía entregar una carta", subrayó. También lamentó que su acción haya sido interpretada como un intento de "humanizar al régimen" venezolano.

Señalamientos contra Bullrich y la Gendarmería

Laborde acusó a Bullrich de denostarlo personalmente y de cambiar el foco del debate. "En lugar de resolver el caso del gendarme, se busca desacreditarme", sostuvo. También cuestionó a la Gendarmería por no asumir un papel más activo en el tema.

Un caso que divide opiniones

El caso de Nahuel Gallo, acusado de espionaje en Venezuela, ha generado tensión entre los distintos sectores políticos argentinos. Mientras el Gobierno insiste en canalizar las gestiones por vías oficiales, las acciones de terceros como Laborde generan controversia y debate público.

 
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