Maneja un presupuesto de US$ 18.000 millones, apuesta por los deportes en vivo y define el menú audiovisual global.
Desde las oficinas de Los Ángeles, Bela Bajaria toma decisiones que impactan en lo que mirás cada noche, mientras avanza en una posible fusión que podría dejarla al frente del mayor conglomerado de entretenimiento del planeta.
Bela Bajaria no es directora ejecutiva ni jefa de Estado, pero cuando llega a un lugar, la recepción que recibe hace que lo parezca. Así ocurre cuando su todoterreno con chofer se detiene en el set de Beef, la serie de Netflix que se graba en Studio City. La producción, una antología de edición limitada, ganó ocho premios Emmy el año pasado y fue renovada para una segunda temporada con un elenco completamente nuevo. Apenas Bajaria baja del vehículo, el equipo se apresura a saludarla, al igual que al showrunner Lee Sung Jin y a los ejecutivos de la productora A24.
Con un suéter gris de gran tamaño y pantalones de cuero, Bajaria responde con un saludo elegante, fiel a su pasado como ex Miss India Universo. Luego le entrega un regalo a Lee Sung Jin para celebrar un hito importante y se sienta en una silla de director con su nombre, lista para ponerse los auriculares internos.
El trato que recibe Ela Bajaria está más que justificado. Como responsable de aprobar los contenidos que se producen en Netflix, esta ejecutiva de 55 años se convirtió en una figura central del streaming. Es ella quien define qué ven más de 300 millones de suscriptores en todo el mundo una noche cualquiera.
Y su estrategia demuestra resultados. Esta semana, la plataforma obtuvo la mayor cantidad de nominaciones a los Globos de Oro: 35 en total, entre cine y televisión, gracias a títulos como Frankenstein, de Guillermo del Toro; Cazadores de Demonios K-Pop; series como Adolescence y otros más. "Lo que siempre me funcionó es esta curiosidad de querer emprender un negocio o algo nuevo", le dijo Bajaria a Forbes.
Su plan todavía está en una etapa inicial. Ya invierte US$ 18.000 millones al año en contenido en 50 idiomas y 190 países. Y podría escalar aún más: Netflix está cerca de adquirir los activos de Warner Bros. Discovery en Hollywood, en una operación valuada en US$ 72.000 millones, que aún espera aprobación regulatoria. Si la compra avanza, Bajaria —que ocupa el puesto número 60 en el ranking de las Mujeres Más Poderosas del Mundo de Forbes— podría transformarse en la ejecutiva más influyente de la industria, con nombres de peso bajo su órbita como HBO, HBO Max y las franquicias de Harry Potter y DC Comics. (Warner Bros. fue la segunda compañía con más nominaciones a los Globos de Oro este año, con 31, por títulos como Sinners, One Battle After Another y White Lotus, de HBO).
"Que sea capaz de manejar no una, ni dos, ni tres, sino unas quince pelotas y mantener la calma en esa situación es realmente extraordinario", dice Ari Emanuel, presidente ejecutivo de WME Group. Fue él quien negoció con Bajaria el acuerdo de US$ 5.000 millones para llevar WWE Raw —la histórica liga de lucha libre profesional— a Netflix. "En un momento, hablamos de boxeo; después, de una serie; más tarde, de películas o de estrellas. No hay detalle que esta mujer desconozca, es una locura. Nunca se lo digo, pero me deja alucinado", expresa.
Sin embargo, el futuro no está asegurado. El 7 de diciembre, el presidente Donald Trump elogió al codirector ejecutivo de Netflix, Ted Sarandos, aunque también expresó cierta preocupación por la cuota de mercado que podría tener una empresa mediática fusionada. Un día después, Paramount lanzó una oferta pública de adquisición hostil por Warner Bros., por un monto casi US$ 18.000 millones superior al que había hecho Netflix. La operación incluye cadenas de cable como CNN, Discovery Channel y otras señales.
La natural disposición de Bajaria para asumir riesgos se entiende mejor si se conoce su historia personal, que está lejos del brillo de Hollywood. Hija de inmigrantes indios, creció en un entorno marcado por la búsqueda constante de estabilidad y oportunidades. Durante su infancia, su familia se mudó entre Londres y Zambia. En 1979, su padre decidió instalarse en Los Ángeles, donde abrieron lavaderos de autos mientras intentaban alcanzar el sueño americano.
Para Bela, que tenía nueve años, llegar a Los Ángeles fue un verdadero choque cultural. "No había un marco de referencia para lo que significaba ser india", recuerda. Para adaptarse, se volcó a la televisión: miraba Mi Bella Genio y La Tribu Brady con el objetivo de perder el acento y entender mejor la cultura estadounidense. Esos programas le mostraron cómo las historias podían conectar a las personas, y definieron desde temprano su sentido de pertenencia, además de reforzar su determinación de tomar el control de su propio destino. Sus bisabuelas, por ejemplo, fueron obligadas a casarse a los 14 años. "Desde muy joven supe que la capacidad de que no me dijeran con quién casarme y seguir controlando las decisiones era tener plata", dice.
En Los Ángeles, eso significaba meterse en la industria del entretenimiento. Después de recibirse en la Universidad Estatal de California en Long Beach en 1995, Bajaria consiguió trabajo en CBS como asistente en el área de cine y miniseries. "Todos fueron mis mentores, pero simplemente no lo sabían", cuenta. Leía cada guion que pasaba por su escritorio, además de las notas ejecutivas. Su esfuerzo no pasó desapercibido. A los 26 años, un alto ejecutivo que dejaba su cargo la recomendó para que lo reemplazara. "Jamás pensé que esta persona me prestara suficiente atención como para decirme que le diera mi trabajo. Sin duda, fue mi mayor oportunidad", señala.
Después de 15 años en CBS, donde fue ascendiendo hasta quedar al frente del estudio de cable interno, Bajaria recibió una propuesta para reactivar el estudio interno de NBC Entertainment, que pasó a llamarse Universal Television. Con esa designación, se convirtió en la primera mujer de origen no blanco en dirigir un gran estudio de televisión. Rápidamente empezó a producir series que NBC no quiso emitir y que luego vendió a otras plataformas: The Mindy Project (a Fox, y más tarde a Hulu), Master of None (a Netflix) y Brooklyn Nine-Nine (nuevamente a Fox).
Cinco años después, la despidieron. Según ella, fue porque se negó a "seguir el juego".
"Podía mirarme al espejo o simplemente a mí misma y saber que hice lo correcto para el negocio", dice Bajaria. "No vendí ni tomé una decisión que considerara incorrecta por razones políticas", sostiene.
Después de tomarse un tiempo para pensar durante un viaje de safari familiar que tenía planeado a Tanzania, Bajaria se puso en contacto con Ted Sarandos, en ese momento director de contenido de Netflix. Él le había pedido que no aceptara ninguna propuesta sin antes hablar con él. Sarandos, que ya le había comprado varios programas, le ofreció un puesto como responsable de programación sin guion y licencias. "Le dije: 'Bueno, ya sabés todo lo que me ofrecés, nunca hice esas cosas'", recuerda Bajaria. "Y él me respondió: 'Sí, solo contrato gente inteligente y ya lo vas a resolver'", precisa.
Y así fue. "Se dedicó a comprender a fondo Netflix", comenta Sarandos en diálogo con Forbes. "¿Qué hace que las cosas funcionen y por qué? ¿Quién hace qué y cómo se llega a ellos? Se trataba de gestionar relaciones, algo muy difícil de lograr en esta ciudad", completa.
En apenas dos años, Bajaria también pasó a supervisar el contenido internacional, y convirtió a la plataforma en un estudio con presencia real en todo el mundo. "Siempre nos fue bien porque contamos con ejecutivos creativos locales que hablan el idioma, provienen de la cultura o viven allí", afirma.
Uno de esos proyectos fue la serie coreana El juego del calamar, que se estrenó en Netflix en septiembre de 2021 y se convirtió en un fenómeno global. Hwang Dong-hyuk, su creador, era un guionista y director muy respetado, pero llevaba 12 años con el guion guardado sin conseguir que alguien lo produjera. Recién cuando el equipo de Netflix en Corea del Sur lo apoyó, pudo transformarlo en una serie. "Ni siquiera sé si realmente rompemos las reglas", dice, y agrega que "simplemente no nos creemos las reglas". Un año después, la serie ganó seis premios Emmy.
"Si les gusta algo, lo aprovechan", subraya el productor ganador del Oscar Brian Grazer, que mantiene una relación de larga data con Netflix y produjo varios proyectos para la plataforma, entre ellos Hillbilly Elegy y Tick, Tick... ¡Boom!. "No dicen: 'Déjame contactarte y revisar nuestro algoritmo'", remarca.
Sarandos avanzó junto con Bajaria. En 2020, asumió como codirector ejecutivo de Netflix, y tres años más tarde, ella lo sucedió en el cargo de directora de contenido.
El evento deportivo más aburrido de 2024 también rompió un récord de streaming. El influencer Jake Paul, en el pico de su fama, se subió al ring para enfrentar a la leyenda del boxeo Mike Tyson, ya retirado. Si se hubiera tratado de un Tyson más joven, habría aniquilado a Paul, que tiene 27 años. Pero la versión de 58 años que apareció esa noche terminó jadeando y apenas lograba mantenerse en pie.
No importó: cerca de 108 millones de personas en todo el mundo sintonizaron en vivo para ver el show de acrobacias, con alrededor de 65 millones mirándolo al mismo tiempo en el pico de la transmisión. Fue el evento deportivo más visto por streaming en tiempo real de la historia. Un mes después, la doble cartelera de la NFL del día de Navidad que transmitió Netflix alcanzó los 65 millones de espectadores solo en EE.UU., lo que convirtió a esos dos partidos en los más vistos por streaming en tiempo real en la historia del país. Esos números no salen baratos. Bajo la gestión de Bajaria, Netflix le pagó supuestamente US$ 150 millones al año a la NFL por un paquete de transmisión muy limitado. Pero ella hizo los cálculos: los deportes venden, así que decidió invertir.
"Netflix captó el valor del contenido", asegura el comisionado de la NFL, Roger Goodell, quien desde hace años analizaba una posible alianza. "Bela es una gran aficionada a los deportes. Comprendió lo que el contenido de la NFL puede aportar a su plataforma", enfatiza.
Con Bajaria al mando, la compañía —que nació con la lógica de los maratones de series disponibles en cualquier momento— empezó a apostar cada vez más por transmisiones en vivo. En enero, Netflix lanzará una versión interactiva de Star Search, en la que la audiencia votará en tiempo real para definir a los ganadores. También consiguió los derechos exclusivos para transmitir en EE.UU. la Copa Mundial Femenina de la FIFA 2027. El interés de Bajaria por la Fórmula 1 también impactó de lleno en ese deporte. Incluso antes de que Netflix analizara una posible oferta para transmitir las carreras de F1 en 2026 —derechos que finalmente consiguió Apple, en un acuerdo de US$ 750 millones por 5 años—, la plataforma ya se había comprometido a producir una docuserie: Drive to Survive. Ese proyecto, estrenado en 2019, construyó relatos alrededor de pilotos que hasta entonces eran poco más que cascos anónimos.
"Lo que sabemos hacer bien es contar historias", señala Bajaria. "Por eso, no siempre es cierto que algo como las carreras de F1 tenga más valor que Drive to Survive. En realidad, Drive to Survive es la esencia; eso es lo que hacemos", expresa sobre la serie que generó miles de millones en valor comercial para la Fórmula 1.
Mientras Netflix acercó este deporte global al público estadounidense, el contrato de US$ 5.000 millones por 10 años con la WWE buscó lograr lo contrario. "Se estaba transmitiendo en muchos lugares distintos, pero no se había distribuido globalmente de esa manera, así que fue una oportunidad especial", explica.
En Netflix, la estrategia de ofrecer contenido cuidadosamente pensado para todos los públicos, en distintos formatos y a escala global, fue resumida con una metáfora interna: la "hamburguesa con queso gourmet". "No se trataba de 'Bueno, tenemos que hacer esto y lanzarlo'", recuerda David Beckham sobre la serie documental de cuatro capítulos que narra su vida y carrera, dirigida por Fisher Stevens. "Se trataba de cuándo estuviera lista, porque había muchos elementos que necesitábamos acertar", agrega. El resultado fue un éxito: la serie ganó un Emmy, lideró los rankings en 32 países e inspiró una producción de tres capítulos sobre su esposa, la ex Spice Girl Victoria Beckham. Al final, lograr una hamburguesa con queso que le guste a todos no es tarea fácil.
Entonces, ¿qué se puede esperar de una posible fusión entre Netflix y Warner Bros. bajo el liderazgo de Bajaria? Más de lo mismo: estrenos de películas en cines, licencias para sus series y menos obstáculos, ya que hoy Netflix no cuenta con un estudio propio de gran escala.
Pero Bajaria no se queda esperando. Este año, Netflix firmó un acuerdo con Spotify para transmitir algunos de sus podcasts en video —de Spotify Studios y The Ringer— a partir de 2026. Además, según trascendió, iHeartMedia está en conversaciones para licenciar parte o la totalidad de sus podcasts en video a Netflix, lo que convertiría a la plataforma en una competidora directa de YouTube, que actualmente acumula más de mil millones de vistas mensuales solo en ese formato.
Mientras escala posiciones en la lista de las Mujeres Más Poderosas del Mundo de Forbes, Bajaria sigue demostrando una gran tolerancia al riesgo. En abril, durante el estreno del final de You en el emblemático Teatro París de Nueva York, se la veía completamente en su elemento. Hablamos sobre cómo adquirió los derechos globales de la serie, la presentó como una producción original de Netflix fuera de EE.UU. y más tarde la relanzó como una original global, luego de que Lifetime decidiera no continuar tras la primera temporada. Dicho eso, subió al escenario.
Hollywood, estás advertido.
*Con información de Forbes US.