Cuando se habla de la economía argentina, la imagen que domina todo es la del campo. Las pampas, los granos, la soja. La región Pampeana, con Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba a la cabeza, explica la gran mayoría de las exportaciones.

Es el motor que trae dólares al país. Pero lejos de los grandes centros urbanos, en regiones como Cuyo, el NOA y la Patagonia, la realidad económica es completamente distinta. Sus economías locales dependieron históricamente de productos primarios con menor valor agregado, como el tabaco, las hortalizas o las uvas, que no siempre alcanzan precios internacionales altos.

La riqueza que puede equilibrar la balanza

En estas regiones, sobrevivir económicamente siempre ha sido un desafío. Necesitaban un motor propio, una actividad productiva lo suficientemente potente como para compensar las desventajas que les da la geografía y el transporte. Un sector que pudiera generar miles de puestos de trabajo directos, con buenos sueldos, y que atrajera inversiones millonarias capaces de cambiar la matriz productiva de una provincia entera.

Y ese motor, desde hace unos años, ya está en marcha y funcionando a pleno. Es una industria que, aunque a nivel nacional todavía aporta una fracción de lo que genera el campo (cerca del 8,5% de las divisas totales), ya se ha convertido en la columna vertebral absoluta de las economías regionales. Para estas provincias, ya no es una promesa futuro. Es el presente y la principal fuente de ingresos que tienen.

Las 5 provincias que cambiarán todo

Hablamos, claro, de la minería. Un informe reciente de la Dirección Nacional de Promoción y Economía Minera puso en cifras lo que ya se sentía en la calle. La actividad está concentrada en cinco provincias clave que explicaron el 98,4% de todas las exportaciones mineras del país en lo que va de 2025. Son Santa Cruz, San Juan, Jujuy, Salta y Catamarca. Provincias que se encuentran alejadas de las grandes ciudades pero que esconden grandes riquezas.

El peso de esta industria en sus balanzas comerciales es demoledor. En Salta, que es la que menos depende del sector, la minería ya explica el 47,5% de todas sus ventas al exterior. En Jujuy, la cifra salta al 80,4%. En Santa Cruz, es el 84,4%. En San Juan, el 85,3%. Y en Catamarca, la dependencia es casi total: el 92,1% de todo lo que la provincia le vendió al mundo en 2025 fue minería.

El oro y el litio baten récords

Este año, el sector está rompiendo récords. En los primeros nueve meses del año, las exportaciones mineras crecieron un 31,6% respecto al año anterior. De esta manera se alcanzaron los 3624 millones de dólares. Y eso que agosto fue un mes flojo. Santa Cruz lidera el ranking, generando ella sola 1343 millones de dólares (un 83% de todo lo que exportó) gracias a los precios del oro y la plata. San Juan le sigue de cerca con 1182 millones, donde el oro (principalmente de Veladero) representa el 97,5% de sus ventas mineras.

En el NOA ocurre algo parecido con una torta de 1040 millones de dólares. Allí, el litio ya es el rey, representando el 51% de las ventas de la región, seguido por el oro. En Salta el caso es particular. Su primera exportación de litio fue este mismo año, y eso bastó para que el peso de la minería en su economía se duplicara respecto a 2024. Jujuy, por su parte, ya tiene al litio como su principal producto de exportación (37,9%), superando a sus minas de oro más antiguas.

Lo que se ve hoy parece ser el comienzo de una nueva era en nuestro país. El sector ya marcó récords históricos nunca antes vistos. El objetivo del paíes es que para después de 2030 las exportaciones mineras se acerquen a los 20 000 millones de dólares anuales. Estamos hablando de un cambio increíble para nuestra economía local. 

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