El Gobierno nacional anunció una profunda reestructuración del sistema vial argentino que incluye la disolución de la Dirección Nacional de Vialidad, la eliminación de la Agencia Nacional de Seguridad Vial y la concesión de más de 9.000 kilómetros de rutas nacionales.

La medida fue informada este lunes por el vocero presidencial, Manuel Adorni, en una conferencia de prensa convocada a pocas horas del vencimiento de las facultades delegadas que el Congreso otorgó al presidente Javier Milei mediante la Ley Bases.

Según detalló el portavoz, el Ejecutivo avanzará con estas transformaciones a través de decretos. "La corrupción en la obra pública tiene su acta de defunción firmada", aseguró Adorni, en línea con el discurso del Gobierno que busca mostrar un fuerte recorte del Estado y un cambio de paradigma en materia de infraestructura.

En concreto, el plan contempla:

La disolución de la Dirección Nacional de Vialidad, organismo histórico encargado del mantenimiento y construcción de rutas en todo el país.

La eliminación de la Agencia Nacional de Seguridad Vial, responsable de coordinar políticas de prevención y control en rutas.

La concesión de 9.120 kilómetros de rutas nacionales, que pasarán a ser administradas por el sector privado bajo contratos aún no especificados.

Los decretos serán firmados en las próximas horas, en un intento del Ejecutivo por consolidar su agenda antes de perder las herramientas extraordinarias otorgadas por el Congreso. Las medidas generan expectativa y también controversia, especialmente entre gremios del sector y expertos en seguridad vial.

 
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