Siguiendo el camino, a los 2.300 metros sobre el nivel del mar, se llega finalmente a Santa Jacoba, un pequeño viñedo de 2 hectáreas que carga con una cucarda especial: es el viñedo más antiguo en producción de toda la Argentina y, por ende, allí nace el Malbec de vides más viejas que hoy pueda descorcharse y servirse en una copa.
Y todo tiene una razón: estamos en Salta, en la localidad de Molinos, dentro de la finca de Colomé, la bodega en actividad más antigua del país.
Santa Jacoba un viñedo que encierra un caos hermoso, porque muchas de las variedades plantadas están entremezcladas. De hecho, los ingenieros agrónomos no pueden determinar con una exactitud del 100% a qué cepa corresponde cada planta. Incluso, en algunas hileras, entre las variedades blancas pueden surgir otras tintas. De allí surge el blend blanco Lote Especial Misterioso, un corte de blancas no especificadas, que solo se comercializa en la bodega y que tiene un nombre que resume muy bien su génesis.
Al hacer un paneo, pueden verse troncos de un grosor que no es usual ver en un viñed; un viñedo que, además, en algunos tramos se ve cortado por gigantes rocas blancas, de varias toneladas. Son plantas que vieron transcurrir buena parte de la historia argentina y que, lejos de ser una pieza de museo, están en producción.
El viñedo fue plantado en 1831 por Nicolás Severo de Isasmendi, quien fuera el último gobernador colonial de Salta. Sin embargo, el turno del Malbec y del Cabernet Sauvignon tuvo que esperar un par de décadas más: fue la hija del entonces gobernador, Asunción, quien en 1854 viajó a Francia y trajo plantas de Malbec y Cabernet Sauvignon prefiloxera, es decir, antes de la gran plaga que arrasó con los viñedos del Viejo Continente a fines del siglo XIX.
Suena épico y realmente lo es. De hecho, no es para nada pretencioso afirmar que se está ante un viñedo que es patrimonio vitivinícola de la humanidad.
"No todas las plantas tienen 170 años o más. Es difícil identificar con precisión la antigüedad de todo el viñedo. Pero sí podemos afirmar que muchas de las plantas tienen esa edad y también, que el material genético se mantiene 100% intacto, porque nosotros y las anteriores generaciones nos hemos ido encargando de ir recuperando el viñedo a partir de esas mismas plantas", cuenta el enólogo de Bodega Colomé, Thibaut Delmotte, quien llegó a los Valles Calchaquíes en 2005 desde Francia y encontró allí su lugar en el mundo.
Thibaut no duda: en la finca Santa Jacoba están las vides de Malbec más antiguas del mundo. Y va un paso más allá: "También, estamos en presencia de uno de los tres viñedos de Cabernet Sauvignon más antiguos del planeta. En Europa no quedó nada por la filoxera y hay un debate por la antiguedad de un viñedo en Australia y otro en Chile; pero sin dudas el de Colomé está en el grupo de los tres".
Así es el Malbec "más antiguo del mundo"
Además del blend blanco Lote Especial Misterioso, Thibaut se nutre del viñedo Santa Jacoba para producir dos tintos: Colomé 1831 Cabernet Savuginon y Colomé 1831 Malbec.
¿Qué propone este vino emblemático? Antes que nada, Thibaut explica que es un vino complejo desde la vendimia y la elaboración, porque las plantas presentan diferentes vigores, lo que obliga a cosechar y fermentar por separado.
En la copa, este Malbec cosecha 2020, ofrece complejidad, intensidad y profundidad. Desde el inicio, la paleta aromática suma notas de frutas rojas y negras sanamente maduras, trazos florales y un fondo bien especiado. El tiempo en barrica le imprime un dejo a especias más dulces, pero no tapa la buena materia prima. De paso sabroso y recorrido largo, este tinto muestra taninos redondos y maduros y un pulso graso (no sucroso). Medio de boca bien expresivo, donde se perciben más de esas frutas y especias. Hay firmeza en su estructura, pero el equilibrio de este viñedo se traduce también en elegancia.