“Si en unos días no entra gente de Mauricio al Gobierno, no se entiende al apoyo del PRO a Milei”, dice un experimentado diputado nacional que supo ser socio político de Mauricio Macri. La frase tuvo lugar en las horas previas a que la Cámara de Diputados blindara el veto de Javier Milei a la Ley de Financiamiento Universitario. Fue premonitoria
.El jueves se conoció la renuncia de Eduardo Rodríguez Chirillo a la Secretaría de Energía y que su reemplazo sería María Tettamanti, economista cercana al expresidente. “Nos han pedido colaboración en términos de reforzar el equipo de Energía”, blanqueó el propio líder del PRO ese mismo día, al salir de una comida con empresarios en el Coloquio IDEA de Mar del Plata. Fue una señal de que, tras meses de roces y desencuentros, Milei decidió profundizar el vínculo con el macrismo.
La designación de Tettamanti surgió en las conversaciones que Macri mantuvo con Milei y con Santiago Caputo, el estratega y asesor presidencial. El líder del PRO había analizado nombres con Emilio Apud, su referente en temas energéticos. En el macrismo insisten con que acompañan el rumbo económico del Gobierno, aunque señalan críticas a la gestión. Los libertarios discrepan con esa mirada, pero escuchan la voz de Macri. El jefe de Estado le da entidad, lo recibe, chatean y lo llama para pedirle consejos.
Hasta la semana pasada, había una serie de puntos que trababa el vínculo de Macri y Milei. En el PRO dejaban trascender que Santiago Caputo impedía el desembarco de dirigentes del macrismo en el Gobierno y que no hacía lugar a las sugerencias del expresidente en materia de gestión. Pero algo cambió. El estratega presidencial y el fundador del PRO se reunieron un par de veces antes de la votación de la Ley de Financiamiento de las universidades y las tensiones se desvanecieron.
El ingreso de Tettamanti es clave. No solo por darle lugar a una técnica ligada al macrismo, sino porque gestionará un área clave como Energía, sobre la cual Macri tiene especial interés. Algo similar ocurrió con la llegada de Eduardo Bustamante a Cancillería, para suceder a Leopoldo Sahores, que se desempeñaba como vicecanciller y presentó la renuncia. El flamante segundo del Palacio San Martín también es un diplomático que orbitó el mundo del PRO. Se suma a una larga lista de asesores ligados al expresidente que se desempeñan hoy en el Ministerio que conduce Diana Mondino.
En el PRO esperan ahora nuevos gestos de Milei para profundizar la sociedad política. No se descarta que el Gobierno incluya a dirigentes amarillos para lugares de gestión en Capital Humano, Trabajo o Transporte. Aún son hipótesis.
Desembarco en Córdoba
Mientras tanto, Macri mantendrá un alto perfil político, esta semana sumará otro viaje a su provincia favorita después de la Ciudad de Buenos Aires: estará en Córdoba. Fue invitado al almuerzo de la Bolsa de Comercio. Es un habitué de ese evento, al que asiste todos los años desde hace tiempo. Al igual que lo hizo en IDEA con un grupo de empresarios influyentes en el sector privado, aprovechará la comida para conversar con personalidades del establishment cordobés y palpar el clima político y económico en ese distrito.
Además, se espera que Macri se encuentre con dirigentes del PRO en Córdoba, como Soher El Sukaria, el senador Luis Juez, las diputadas Belén Avico y Laura Rodríguez Machado (referente del bullrichismo), así como con Adela Arning, intendenta de Mendiolaza. Desde que asumió como presidente del partido, inició un proceso de “ordenamiento” interno. En ese marco, busca alinear a todas las provincias a su conducción.
Córdoba es un caso particular. Es la segunda provincia con mayor peso electoral, clave para el macrismo, pero el PRO local no está del todo alineado al ex mandatario. El diputado Oscar Agost Carreño, hoy en el bloque de Miguel Ángel Pichetto, es el presidente del PRO cordobés, pero no responde a Macri. Incluso, tiende puentes con el cordobesismo de Martín Llaryora y Juan Schiaretti.
En tanto, Rodríguez Machado es el alfil de Patricia Bullrich en Córdoba. El Sukaria se convirtió en los últimos años en una de las dirigentes más cercanas a Macri en suelo cordobés. A ese grupo se suma la diputada nacional Avico, reconocida emprendedora cordobesa, de buen vínculo con Juliana Awada.
Macri instruyó al diputado Martín Yeza, al secretario general del PRO, Facundo Pérez Carletti, y al ex legislador, Francisco Quintana, a que se ocupen de “ordenar” la situación en Córdoba. Agost Carreño tiene mandato hasta el año que viene y no piensa correrse de la presidencia del partido. En el macrismo le achacan haber dejado el bloque amarillo y tener “cerrada” la sede cordobesa del PRO.
Córdoba será una de las provincias clave en la elección de 2025. Se eligen nueve diputados nacionales. El PRO pone en juego las bancas de Rodríguez Machado y la de Héctor Baldassi, ligado a Horacio Rodríguez Larreta. El esquema de poder dependerá del acuerdo electoral entre Macri y La Libertad Avanza. Son movimientos que en esa provincia Llaryora y Schiaretti siguen de cerca.
El armado interno de Patricia Bullrich
Por su parte, Patricia Bullrich continúa su armado interno en el PRO, alineada a La Libertad Avanza. Sus operadores políticos trabajan en sintonía con la construcción que lidera Karina Milei y ejecutan a nivel nacional Martín Menem y Eduardo “Lule” Menem y en la provincia de Buenos Aires con Sebastián Pareja.
Una figura clave en el armado del bullrichismo es Diego Valenzuela, intendente de Tres de Febrero. Se convirtió en el líder bonaerense de la mesa política de la ministra de Seguridad. Es el referente de un espacio que integran bullrichistas como Juan Pablo Allan, Pablo Walter y Florencia Retamoso. Lo propio hacen el diputado nacional Damián Arabia a nivel nacional y el legislador Juan Pablo Arenaza en la Ciudad.
Valenzuela tiene llegada directa a Milei. Se conocen desde hace décadas, particularmente de la vida universitaria. Hablan y se encuentran con frecuencia. La última reunión entre ambos fue el viernes en Mar del Plata, en el marco del Coloquio de IDEA. El Presidente lo invitó al Hotel donde se alojaba para saludarlo. Mantuvieron una larga conversación, de alrededor de una hora, en la que hablaron sobre economía, política y el armado electoral en Buenos Aires.
Paso a paso, la convergencia entre Milei y el PRO avanza.