Javier y Karina Milei comenzaron a pagar en el Senado los costos políticos de haber dejado afuera de la negociación por la Ley Bases a la vicepresidenta Victoria Villarruel. Este jueves los enviados de la Casa Rosada tuvieron que ceder, apremiados por la necesidad, y sumarla en la tercera semana de trámite de la Cámara Alta cuando las señales de empantanamiento ya derribaron los plazos definidos por el presidente para llegar con la sanción de ambas leyes antes de la firma del pacto del 25 de Mayo.

Tal como anticipó Tiempo, la titular del Senado había sido relegada de la negociación en la cámara que conduce y desde el 9 de mayo se había incrementado la tensión porque Karina Milei, en calidad de secretaria General de la presidencia, reunió a las autoridades del PRO y LLA en Diputados, para resistir a las eventuales modificaciones que vendrían del Senado. Ese gesto cayó pésimo y desautorizó aún más a las espadas del oficialismo en el Senado.

 

La movida de la hermana del presidente fue considerada un desaire inoportuno para el Senado pero también el fracaso de una negociación sin Villarruel. En privado, la vicepresidenta considera que el gobierno no la ayuda «a cuidar la mayoría obtenida en diciembre» en la Cámara Alta. Con siete escaños propios llegaron a sumar 39 votos, dos por encima del quórum reglamentario, para elegir a las autoridades del cuerpo.

Red de intrigas por la Ley Bases

Ese entripado se mantuvo en estado latente hasta la semana pasada cuando ya se hizo incontenible,al calor de las críticas del radicalismo y de un sector del PRO contra distintos puntos de la ley bases y del paquete fiscal. El trámite de ambos textos no ha pasado de la instancia informátiva, con un oficialismo que no sumó invitados para defender sus proyectos. Las intervenciones de los siete senadores de LLA no salieron de la autodefensa y, cómo le enrostró el radical Martín Lousteau, no pudieron reinvidicar ningún punto como un beneficio concreto.

Hasta el jueves fueron algunos de los síntomas de una negociación aparentemente estancada, sin Villarruel en la mesa y con una Casa Rosada con Karina empeñada en ratificar la versión de Diputados y desconocer los cambios que todavía se siguen negociando en la cámara alta.

En medio de ese escenario, Villarruel primero se reunió este jueves con el ministro del interior Guillermo Francos y con el jefe de Gabinete, José Rolandi, en una primera reorganización del equipo negociador, apremiado por un gobierno que ya se resignó de no llegar al 25 de mayo pero aún así no logra retomar las riendas de la negociación que vino de Diputados.

Tras su reempoderamiento, Villarruel se reunió con Lousteau y con el titular del bloque, Eduardo Vischi. Fuentes vinculadas al espacio negaron que hubieran hablado sobre la ley bases y el paquete fiscal, pero en el oficialismo aseguran que fue la primera ronda que contó con la intervención directa de Villarruel.

Desde ese primer encuentro continuaron los sondeos y seguirán todo el fin de semana. Sin embargo este jueves hubo una primera señal sobre el estiramiento de los tiempos. Mientras avanzaba la cuarta sesión informativa sobre la Ley bases fue postergado el tratamiento del paquete fiscal para la semana que viene.
Los apuros que el oficialismo no puede ocultar tienen un motor que desvela a la Casa Rosada. El bloque de Unión por la Patria en el Senado tiene 33 voluntades y solo le faltan cuatro para tener quorum. También para sumar la mayoría necesaria que les permita enterrar la sanción o complicar el regreso a Diputados.

En el oficialismo, especialmente cerca de Francos, están concentrados en dividir ese bloque de 33 votos. Esperan que el gobernador catamarqueño Raúl Jalil, que está en el Vaticano, rompa las coincidencias dentro de los mandatarios peronistas y aporte algún voto que reste alguno a los 33. Lo mismo sucede con el tucumano Osvaldo Jaldo que también sigue los pasos de su colega catamarqueño y respaldó el mensaje lanzado desde Roma en una entrevista concedida a La Nación. «Creo que hay que trabajar y el peronismo tiene que dialogar. Creo que está cometiendo un error al no dialogar (…) Parte de la ley, algún senador nuestro va a acompañar», dijo Jalil desde Roma.

En el bloque de UxP ratifican que cuentan con sus 33 voluntades ordenadas. La atención gira en torno a los bloques del peronismo no kirchnerista que está afuera del conglomerado de UxP. Es el caso del bloque Unidad Federal que concentra a la cordobesa Alejandra Vigo, al entrerriano Edgardo Kueider y el correntino Carlos Espínola.

Los tres no son los únicos destinatarios de los gestos del Gobierno, pero son los que más llamados y consultas reciben. Desde UxP no pierden la cautela, pero algunos aseguran que todavía hay chances. «De los cuatro que nos faltan ya tenemos dos. Estamos a dos de llegar, pero también podemos conseguir abstenciones», resaltó una alta fuente de UxP.

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