El Bitcoin logró superar hoy la barrera de los US$ 50.000, algo que no lograba desde 2022. Nuevos flujos de capitales se vieron atraídos por la moneda digital, que siempre está en el centro de la polémica.
Es su mayor valor desde diciembre de 2022, año en que tocó su récord nominal histórico de US$ 68.789. Para operadores, este nuevo tope se debe a flujos de capital que están mostrando interés en la criptodivisa.
La jornada arrancó con el Bitcoin en 48.000 dólares, con inversores y analistas mencionando la posibilidad de un nuevo repunte. No tardó en cumplirse con las expectativas, experimentando un súbito aumento que lo llevó a tocar los $50.033,85 dólares al inicio de la sesión estadounidense.
Entre los factores que llevaron a la suba se mencionan fuertes entradas de la semana pasada en los ETF de Bitcoin al contado, que atrajeron más de 1.100 millones de dólares netos de nuevos fondos.
Para los analistas, este flujo de capital indica un creciente interés y confianza en Bitcoin como activo de inversión, a pesar de las preocupaciones sobre la posible presión vendedora de entidades en dificultades financieras, como Genesis, que está liquidando sus participaciones en GBTC por valor de 1.600 millones de dólares.
La semana pasada ya había sido testigo de un comportamiento positivo para Bitcoin, con un incremento del 5% el viernes, alcanzando máximos de un mes.
La aprobación de los primeros productos cotizados en bolsa de Bitcoin en Estados Unidos por parte de las autoridades reguladoras añadió un impulso significativo, marcando un hito importante para la criptomoneda y el mercado de activos digitales en general.
Este desarrollo, junto con la subida del 10% en la semana, la mayor alza semanal desde octubre, subraya la fortaleza y el atractivo de Bitcoin como líder del mercado de criptomonedas.
Noelle Acheson, una reconocida analista macroeconómica, sugiere que el impulso actual de Bitcoin se debe en gran medida a la expectativa de inyecciones de capital en China destinadas a estabilizar su mercado bursátil y contrarrestar la depreciación de la moneda.
La acumulación institucional de Bitcoin, impulsada por estas expectativas macroeconómicas, señala un cambio en la percepción de la criptomoneda, no solo como un activo especulativo, sino como una cobertura viable contra la incertidumbre económica global.