Son un quinteto de cuerdas influido tanto por Eduardo Mateo, como por el estilo de Fernando Cabrera, o Jaime Roos, como también por Jimi Hendrix o La Vela Puerca. Unen el folklore con rock, logrando con un sonido muy uruguayo, una amplia gama de canciones que recorren distintos matices. Ellos son Milongas Extremas, una banda comenzó en 2008, siendo un grupo de amigos que hacía un tributo al legendario grupo de rock español Extremoduro, pero que fue ganando terreno a puro talento, ampliando su repertorio, y dejándose el espacio creativo para crear espectáculos únicos sin percusión. Ellos son Francisco Stareczek, Pablo “Paio” Piñeyro, Matías Rodríguez, Santiago Martínez Pintos, todos ellos guitarra en mano y Camilo «Piquela» Gramoso, que con el bajo completa la agrupación. Todos cantan y componen.

Milongas Extremas regresa a nuestro país con otro nuevo espectáculo al ND Ateneo. Será el 13 de junio y lo harán con Lo eléctrico del sentimiento, un show que congrega lo acústico, lo eléctrico, el folklore y por supuesto el rock, incluyendo clásicos de la banda, nuevas versiones y canciones inéditas. “Este es un espectáculo que hacíamos hace diez años, pero adaptado a la actualidad de la banda, con canciones nuevas, con covers modificados y  con creaciones propias que es lo que más nos gusta. Además, tendremos invitados sorpresa. Algunos que te puedo contar: Sergio Dawi, ex los Redondos, y Luna Sujatovich. Pero van a ser varios más. Es una alegría poder volver a la Argentina. Acá el público es muy intenso, le gusta lo que proponemos. Es también parte de nuestra historia, así que ¡Vamo’ arriba!”, afirma uno de los fundadores de la agrupación, Mati Rodríguez.

 
 
Milongas Extremas.
Foto: Prensa

-¿Después de dieciséis años de recorrido cuál son sus expectativas?

-Queremos seguir llegando a más corazones, así que con todos los apetitos intactos. Eso es lo que queremos demostrar con esta reversión que hicimos de este espectáculo Lo eléctrico del sentimiento: la responsabilidad y las ganas que le ponemos a lo que hacemos.  Por suerte todavía estamos creciendo.  Nacimos como cuarteto de guitarras criollas, después incorporamos el bajo, pero pudimos representar una forma de hacer música, el formato acústico, que a muchos nos encanta y todo esto es un disfrute. Tenemos una franja etaria amplia de seguidores: de gurises chicos a personas ya entrada en años, de diferentes palos, que disfrutan lo que hacemos.  Tratamos de ir descubriendo las conexiones entre los mundos sonoros que nos gustan, y eso es casi inagotable. Somos amigos hace muchos años y la alegría de juntarnos a cantar está intacta.  La gente nos reconoce y se nota que lo disfrutamos. Todo esto empezó como un juego y terminó siendo nuestro proyecto de vida: ya tenemos hijos, familias, y todo eso que logramos nos  da fuerza para seguir.  Bueno ahora nos toca volver a la Argentina para seguir haciendo pie acá. Hace algunos meses tocamos en La Trastienda y estuvo increíble, ahora vamos por más. Siempre por más. La amistad que nos une es nuestra fuerza.

-¿Hay una conexión musical entre la Argentina y Uruguay?

-Sin dudas. Hace 14 años que vinimos a tocar a Buenos Aires. Siempre cruzar el río es algo lindo y nos da muchas ansias e ilusión andar por acá. Cada vez que venimos nos llevamos amigos y amigas nuevas. Artistas que nos cruzamos, hacemos colaboraciones, invitamos a relacionarnos y ser parte de este viaje. Tenemos la particularidad de unir dos puntas que nos atraviesan como músicos, el rock y el folklore, y tanto allá como acá hay mucha historia y grandes creadores y creadoras que nos inspiran.

-¿Cuál es la  principal motivación de la banda?

-Nos juntamos a tocar porque nos gusta. Eso siempre fue así y seguirá así. Si nos hace felices, vamos para adelante. Parece un lugar común, pero es tal cual. La música te permite disfrutar de la vida que está llena de responsabilidades y problemas, y poder vivir de eso no es otra cosa que un privilegio. Cada vez que nos juntamos a ensayar o nos preparamos para presentarnos, lo hacemos con un espíritu de trabajo fuerte, con la responsabilidad que nos da saber que cada vez nos va a ver más gente. Y nos gusta compartir con otras personas esto que disfrutamos. Queremos hacer espectáculos cada vez mejores: que suenen perfecto, que se vean increíbles. Tocar cada vez mejor, no aflojar en mejorar cada día. Sabemos que agarramos postas de grandes músicos, de gente que tocaba con Alfredo Zitarrosa, Mercedes Sosa, somos los que continuamos el camino de Dino Ciarlo, de Jaime, de todos ellos. La música de Montevideo que nos marcó es la que queremos darle continuidad. Todo eso que cruzamos es lo que nos motiva. Nos gusta transpirar la camiseta, llevar los instrumentos a los límites, y tocar lo que tocamos con la misma guitarra con la Gardel tocaba sus tangos. Ese es nuestro laburo constante: ver hasta dónde nos lleva el formato y las canciones que hacemos.

 

-¿Están trabajando en un nuevo material?

-Estamos en la búsqueda, viendo a ver que se nos ocurre. Que otros ritmos podemos incorporar, como la chamarrita, la vidala, la chacarera. Nos gusta desde Daft Punk a música brasilera, cositas pop, de todo. Veremos qué onda. Estamos en etapa de investigación. Siempre nos gustó ir descubriendo elementos nuevos. Veremos si incorporamos nuevas instrumentaciones, que podamos hacer nosotros. Venimos hace años en un trajín de giras y conciertos, que te quita tiempo de trabajo en el estudio. Recién ahora nos sentamos a componer, nos está ayudando Fran Nasser, el tecladista de NTVG, para darle forma a un material que esperamos lanzar el año que viene. Queremos incorporar algunas cosas electrónicas, ampliar el margen sonoro con baterías, pianos, vientos. Tener invitados. Cruzarnos con artistas tanto de la Argentina como de Uruguay. Pero hacer algo que nos represente.

-¿Cómo ven el difícil momento actual de nuestro país?

-Esta medio nublado, está brava la cosa. La situación política y social, como la economía, es compleja, pero según lo que vi toda la vida los argentinos son una sociedad de mucha resistencia. Intentan siempre salir adelante, a pesar de todo. Eso es admirable. A pesar de lo difícil, siempre van a los conciertos con la mejor energía, más allá de la opresión. Como que hay una necesidad de congregarse y tener momentos catárticos para pelearla con más fuerza.  Hay una manera de resistencia que tiene que ver con seguir dándole vida a las expresiones culturales, aunque ahora se quiera denigrar a esos sectores desde el gobierno o sectores de derecha. Por más que sea todo como es de complejo, hay una búsqueda de emoción en el arte, y queremos aportar nuestro granito de arena, con un humilde concierto. Ser músico en Uruguay no es fácil, entonces entendemos que el amor por lo que hacemos es clave para que fluya esa energía que nos aleje de la negatividad y nos lleve a un costado positivo a pesar de lo que toque. Nosotros afrontamos la vida pensando en el otro, sin caer en el individualismo que la derecha quiere imponer.

Foto: Prensa

 

Milongas Extremas

El quinteto uruguayo presenta su nuevo espectáculo Lo eléctrico del sentimiento. 13 de junio a las 21 en el ND Ateneo, Paraguay 918.

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