En un contexto internacional marcado por tensiones políticas, Argentina ha reafirmado su postura tradicional al votar a favor de la resolución de la Asamblea General de la ONU que exige el fin del embargo económico de Estados Unidos hacia Cuba. Este hecho ha generado un amplio debate en el ámbito político y diplomático, especialmente tras la reciente llegada al poder de Javier Milei, quien había insinuado una posible alineación con la política exterior de Washington, por esta razón el voto de la canciller Diana Mondino no pasó desapercibida, ya que inmediatamente recibió represalias.
El Presidente decidió echar a Mondino luego de que la Canciller votara en contra de Estados Unidos e Israel, los dos principales aliados internacionales del Gobierno, en la asamblea de la ONU en la que se debatió levantar el embargo de EEUU contra la dictadura de Cuba.
En estos momentos, en Casa Rosada, el equipo del Presidente está definiendo quién será el reemplazante de la ex ministra de Relaciones Exteriores.
Con 187 votos a favor, 2 en contra (Estados Unidos e Israel) y 1 abstención (Moldavia), la resolución reitera la "necesidad de poner fin al embargo económico, comercial y financiero" que EE.UU. mantiene sobre la isla por más de seis décadas. Aunque esta resolución no es vinculante, su objetivo es subrayar el impacto de estas sanciones sobre la economía cubana.
Que la Argentina haya mantenido su posición histórica fue celebrado por lo bajo por los diplomáticos de carrera dentro de la Cancillería.
El texto que apoyó la Argentina fue presentado por Cuba y reafirma, entre otros principios, "la igualdad soberana de los Estados, la no intervención y no injerencia en sus asuntos internos y la libertad de comercio y navegación internacionales, consagrados en numerosos instrumentos jurídicos internacionales".
Además, "exhorta a todos los Estados a abstenerse de promulgar y aplicar leyes y medidas que los contravengan, instando a la derogación de ese tipo de medidas a quienes aún las impongan", tal como reza el comunicado difundido por las propias Naciones Unidas.
Votación histórica en la ONU
Este miércoles, 187 países, incluido Argentina, se unieron en una votación que se llevó a cabo en las Naciones Unidas, donde se aprobó la resolución en contra del embargo, por 32ª vez consecutiva. Estados Unidos e Israel fueron los únicos países que votaron en contra, mientras que Moldavia se abstuvo. La decisión de Argentina de continuar apoyando esta resolución contrasta con las especulaciones sobre un posible cambio de postura bajo la nueva administración, que había examinado la posibilidad de alinearse con sus aliados en el hemisferio norte, no obstante, la medida radical de Javier Milei al echar a Mondino podría confirmar un cambio de paradigma diplomático.
La resolución surge como respuesta a un embargo que ha estado vigente desde 1962, y que ha sido denunciado por su impacto "inhumano" en la población cubana, limitando el acceso a alimentos, medicinas y energía. La votación reafirma principios fundamentales del derecho internacional, como la igualdad soberana de los estados, la no intervención y la libertad de comercio.
El canciller cubano, Bruno Rodríguez Parrilla, se dirigió a la Asamblea General antes de la votación, criticando duramente la postura de la administración de Joe Biden, quien, según él, "dejó intacto el régimen coercitivo de su predecesor", Donald Trump, a pesar de las consecuencias humanitarias y económicas adversas para Cuba. Rodríguez Parrilla describió las sanciones como "medidas inhumanas" y "una guerra económica extrema", y afirmó que buscan intimidar a otros países que defienden su soberanía.
Durante la sesión, el representante de Irán ante la ONU, Amir Saeid Iravani, manifestó su apoyo a Cuba, al calificar el embargo de "amenaza al multilateralismo" y acusó a EE.UU. de utilizar las sanciones como "un método para obtener objetivos nacionales mezquinos".
El respaldo de la comunidad internacional a la causa cubana fue prácticamente el mismo que en la votación de 2023, aunque Ucrania, que se abstuvo entonces, optó por no participar esta vez. En respaldo de la resolución, la ONU presentó un informe exhaustivo que reúne objeciones al embargo de más de 180 países y 35 instituciones internacionales, entre ellas la OMS, Unicef y el Programa Mundial de Alimentos.
Las primeras sanciones estadounidenses a Cuba datan de 1959, y el embargo fue formalizado en 1962 bajo el mandato de John F. Kennedy. Posteriormente, se reforzó con leyes como la Helms-Burton en 1996 y con las 240 medidas adicionales que implementó Trump entre 2017 y 2021, las cuales la administración Biden apenas modificó. Cuba sigue enfrentando una grave escasez de alimentos, medicinas y combustible, además de apagones diarios y un deterioro de sus servicios estatales.
Según un informe cubano, el impacto económico del embargo en el último año fue de aproximadamente 5,056 millones de dólares, aunque el gobierno de la isla no ha detallado cómo calcula estas cifras.
Reacciones
La decisión de Argentina de votar a favor de la resolución fue recibida con satisfacción entre los diplomáticos de carrera en la Cancillería. A pesar del giro en la política exterior que Milei prometió, la elección de mantener una postura alineada con la histórica tradición de Argentina ha sido vista como un triunfo de la diplomacia nacional.
Esto también refleja un amplio rechazo internacional hacia las políticas de sanciones impuestas por Estados Unidos, que han sido criticadas por limitar gravemente el desarrollo económico de Cuba y afectar a su población civil.
¿Cambio de postura diplomática con la nueva administración?
La reciente administración de Milei ha traído consigo cambios significativos en la política exterior del país. Desde su llegada al poder, se han observado gestos de desprecio hacia gobiernos de izquierda en América Latina, incluido el de Cuba. Sin embargo, este voto en particular demuestra que la política exterior argentina aún está influenciada por su historia y por los intereses diplomáticos que han prevalecido en las últimas décadas.
La inclusión del apoyo a la resolución también puede interpretarse como un intento de Argentina de mantener un equilibrio en sus relaciones internacionales, a pesar de las inclinaciones pro-estadounidenses que caracterizan a la administración actual.
La reciente votación de Argentina en la ONU no solo reafirma su postura histórica en apoyo a Cuba, sino que también subraya la de la soberanía y el derecho de los pueblos a un desarrollo económico independiente. Esta decisión se convierte en un símbolo de la identidad diplomática de Argentina, que valora la cooperación internacional y el respeto por los derechos humanos.
A medida que el contexto político global sigue evolucionando, es crucial para Argentina mantener una política exterior que refleje sus principios y valores democráticos. Este reciente acto en la ONU no solo refuerza la postura de Argentina, sino que también invita a la reflexión sobre cómo las naciones pueden trabajar juntas para fomentar un mundo más equitativo y justo.