En el corazón del microcentro rosarino, se alza el Palacio Cabanellas, una de las últimas joyas del modernismo catalán (art nouveau) en pie. Construido entre 1914 y 1930, este edificio fue diseñado por el arquitecto catalán Francisco Roca, dejando una huella imborrable en el paisaje urbano de Rosario.

Una obra que marcó época

Originalmente concebido para albergar locales comerciales en las dos primeras plantas y oficinas en las superiores, el proyecto incluso contemplaba la posibilidad de instalar un gran hotel, aunque esta idea nunca se concretó. Por un breve periodo, el Palacio Cabanellas fue el edificio más alto de la ciudad, destacándose por su diseño intrincado y su monumentalidad.

Entre los años 2000 y 2004, el edificio fue restaurado, devolviéndole su esplendor original. Hoy sigue siendo un testimonio de la creatividad y el perfeccionismo de los artesanos de la época, conservando su belleza a pesar del paso del tiempo.

Actualidad y ubicación

En la planta baja del Palacio Cabanellas funcionan locales comerciales y cafeterías, mientras que los pisos superiores son ocupados por oficinas de empresas y profesionales de la ciudad.

 

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