
La iniciativa es distinta al tren de cargas que la industria discute hace años para el traslado de equipos e insumos desde la zona portuaria de Bahía Blanca y que debería atravesar todo el norte de la Patagonia, una obra que también aportaría a la reducción de costos de las compañías, pero además aliviaría las congestionadas rutas que convergen hacia la Cuenca Neuquina.
El proyecto impulsado por YPF responde a la enorme cantidad de vehículos que circulan diariamente por las rutas de la región. El crecimiento exponencial de la actividad en Vaca Muerta desbordó la capacidad de la infraestructura vial existente, generando congestión, demoras y, lo más preocupante, un riesgo constante de accidentes. La propuesta de un tren de pasajeros emerge como una solución integral, no solo para la empresa, sino para toda la industria y la comunidad.
Horacio Marín, presidente y CEO de YPF, expresó días atrás en un evento que la compañía gasta al año u$s50 millones en combis y micros para trasladar a su gente a Vaca Muerta. "Necesitamos un tren para YPF. La empresa pivada que este interesada en desarrollarlo con nosotros repaga la inversión en pocos años con una entrega gigante que aumenta rapidamente porque después se mete toda la industria", aseguró.
YPF quiere un tren de pasajeros a Vaca Muerta
A nivel de toda la industria, estimó el mismo Marín, la cifra se duplica y alcanza entre u$s100 y u$s110 millones anuales. Este gasto, por sí solo, es el principal motor para justificar una inversión de esta magnitud y mejorar el costo logístico de personal, algo que afecta a todas las compañías y que requiere una solución de transporte masivo que también elevaría la eficiencia operativa.
El ejecutivo de YPF viene manifestando que hay empresas interesadas en asociarse, ya que el modelo de negocio es sumamente atractivo. La demanda de transporte está garantizada y en constante crecimiento, lo que hace de este proyecto una apuesta segura y rentable a largo plazo.
"Estamos trabajando para atraer inversiones privadas e incluso ya hemos sido contactados por algunos interesados", afirmó el presidente y CEO. "Este proyecto mejorará la calidad de vida de nuestra gente y al mismo tiempo generará una eficiencia muy grande para todos los que operamos en la zona".
Más allá de la cuestión económica, la seguridad es un factor clave. Las rutas que conectan Neuquén con Vaca Muerta son estrechas, tienen un gran caudal de tránsito pesado y su estado es deficiente en varios tramos. Los accidentes son frecuentes, lo que pone en riesgo la vida de los trabajadores.
Además, el proyecto no se limita a un uso exclusivo para el personal de la industria. Si bien el flujo principal de pasajeros serían los trabajadores, un servicio de tren podría ser utilizado por la comunidad en general, mejorando la conectividad de las localidades de la zona y facilitando el acceso a servicios y actividades.
"La industria tiene un costo anual lo suficientemente alto para justificar la construcción de un transporte masivo de pasajeros que no solamente evita accidentes, elimina tránsito en las rutas, es mucho más eficiente y logra que los turnos de trabajadores petroleros vayan y vengan en un sistema mucho más seguro y rápido", expresó el ejecutivo.
El Norpatagónico, el tren de cargas aún espera
La iniciativa del tren de pasajeros convive con otro proyecto de gran envergadura: el Tren Norpatagónico o "Tren de Vaca Muerta". Esta es una iniciativa complementaria, aunque distinta, que se enfoca en el transporte de equipos. Su principal objetivo es conectar la zona productiva de Vaca Muerta con el puerto de Bahía Blanca, facilitando la llegada de material crítico para la industria, como la arena silícea, rubos e insumos.
Este proyecto ferroviario de carga, largamente discutido por el sector, busca renovar y construir nuevas vías. Se contempla una renovación de un tramo de 540 kilómetros y la construcción de 77 kilómetros de vía nueva que se extendería hasta la localidad de Añelo.
La conexión con Bahía Blanca es estratégica, ya que permitiría una logística más fluida y eficiente, reduciendo costos y la presión sobre las rutas. Un tren de carga puede transportar el equivalente a decenas de camiones, lo que también tendría un impacto positivo en la descongestión vial y en la reducción de emisiones.
La coexistencia de ambos proyectos, el de pasajeros y el de carga, demuestra la necesidad de una solución de transporte integral que responda a la complejidad y al dinamismo de la producción de hidrocarburos no convencionales.