Durante el ataque iraní contra el territorio israelí del pasado 13 de abrilIsrael contó con un respaldo impensado: el Reino Hachemita de Jordania. Las autoridades de Amán informaron que cazas jordanos lograron identificar y destruir con éxito drones que atravesaron su espacio aéreo, antes de que pudieran alcanzar sus objetivos en Israel.

Preocupado por la escalada bélica y los coletazos del enfrentamiento regional, el rey jordano Abdalá II se preocupó por aclarar que su país “no será un campo de batalla para ninguna de las partes”. “La protección de los jordanos está por encima de todo”, aseguró el monarca, que buscó despegar al reino de una escalada bélica que tiene en vilo a todo Oriente Medio.

Una historia de enfrentamientos

El vínculo entre Israel y Jordania tuvo un inicio muy convulsionado. En 1948, apenas proclamado el Estado de Israel, un grupo de países árabes se negó a aceptar su existencia y lanzó una primera ofensiva, que fue repelida por el país invadido. Le siguieron otros dos conflictos: la guerra de los Seis Días, en 1967, y la guerra de Yom Kippur, en 1973

Por otra parte, entre 1950 y 1967, el país tuvo bajo su control los territorios palestinos de Cisjordania y Jerusalén Oriental, que fueron ocupados por Israel tras el conflicto de 1967. Luego de dos décadas tumultuosas, que incluyeron la sangrienta represión de 1970 contra los palestinos –el llamado “septiembre negro”–, en 1988 Jordania renunció a sus derechos sobre Cisjordania en favor de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), considerada como “el único representante legítimo del pueblo palestino”.

El acuerdo de paz con Israel

 

Tras los Acuerdos de Oslo de 1993 entre Israel y la OLP, el camino estaba allanado para una recomposición de las relaciones entre la monarquía jordana y el estado judío. Así fue como, en octubre de 1994, se firmó el Tratado de Wadi Araba, que permitió el establecimiento de vínculos diplomáticos entre los dos países y la delimitación de las fronteras.

Israel también se comprometió a respetar el rol de la monarquía jordana en la protección de los lugares santos cristianos y musulmanes en Jerusalén. De esta forma, las autoridades de Tel Aviv refrendaron esa condición de la monarquía hachemita, que venía ejerciendo en forma ininterrumpida desde 1924.

En 1996, la implementación de acuerdos sobre comercio y transporte permitió el inicio de los vínculos comerciales. En las siguientes dos décadas, el intercambio de bienes y servicios se fue multiplicando hasta alcanzar, en 2022, los 363 millones de dólares, con un saldo netamente favorable para Jordania, que exportó a Israel más de 270 millones.

Un importante aliado de Washington

Las autoridades jordanas, mientras tanto, han afianzado su alianza con EE. UU., con un notable aumento del flujo de armamento. Frente al avance desestabilizador del régimen iraní, la monarquía hachemita ha mantenido un firme vínculo con Washington y es, desde 1996, un importante aliado extra-OTAN, al igual que Egipto.

“Jordania es un aliado clave de EE. UU. en la región, y su posición es muy sensible en medio de esta guerra, dada la gran población palestina que tiene en su territorio y sus propias relaciones con Israel”, afirmó recientemente el secretario de Estado, Antony Blinken, quien reafirmó que la alianza entre Washington y Amán es “fuerte y duradera”.

 

 

Send

TE PUEDE INTERESAR