En un movimiento que pone en evidencia las tensiones internas del gobierno de Javier Milei, la subsecretaria de Turismo, Yanina Martínez, fue cesada de su cargo tras un viaje controvertido a Londres. Este hecho genera preguntas sobre las prioridades de los funcionarios y los límites de la austeridad exigida por el mandatario.
Un viaje inoportuno que detonó el despido
La exfuncionaria viajó a la capital británica el pasado viernes, a pesar de que su licencia estaba programada para iniciar el lunes siguiente. Esta acción desató críticas debido a que contradice el pedido de austeridad hecho por el presidente Milei a sus funcionarios. Según fuentes oficiales, la decisión de su despido fue tomada por el titular de la cartera, Daniel Scioli, quien confirmó que Martínez presentó su renuncia tras la solicitud del gobierno.
La Casa Rosada respaldó esta medida, argumentando que la exsubsecretaria "no se adaptaba al ajuste". Este episodio también pone en foco la responsabilidad de los funcionarios de promover el turismo nacional, un rol que Martínez desempeñó activamente hasta ahora.
Contradicciones en la promoción del turismo local
Como subsecretaria de Turismo, Yanina Martínez era una figura destacada en la promoción de destinos nacionales. En sus redes sociales, se mostró recientemente impulsando lugares como Salta, Mendoza y la Costa Atlántica. Sin embargo, el viaje a Londres contrastó con su mensaje habitual, lo que generó una fuerte reacción en la opinión pública y dentro del gobierno.
Este no es el primer viaje internacional que pone bajo la lupa a Martínez. Durante los últimos días del mandato de Alberto Fernández, visitó Miami y Uzbekistán, lo que ya había despertado cuestionamientos sobre sus prioridades.
Un gobierno en busca de coherencia
La polémica también alcanzó a otros miembros del gabinete. Patricia Bullrich, ministra de Seguridad y una de las figuras más valoradas por Milei, debió solicitar permiso personalmente para un viaje familiar a Disney. Esto refleja el nivel de control que la Casa Rosada busca ejercer sobre sus funcionarios para mantener una imagen de austeridad frente a la opinión pública.
La decisión de Scioli de despedir a Martínez fue recibida con elogios en el entorno presidencial. Fuentes de Balcarce 50 destacaron su capacidad de adaptación a las exigencias de la administración libertaria, calificando su acción como un ejemplo de alineación con las directrices del gobierno.
Implicancias para la gestión del turismo
La salida de Martínez plantea interrogantes sobre el futuro de la promoción turística en Argentina. Su gestión estuvo marcada por un fuerte énfasis en destacar destinos nacionales, lo que contribuyó a dinamizar el sector. Ahora, la cartera de Turismo enfrentará el desafío de mantener esta política mientras navega las aguas de la austeridad.
Por otro lado, este episodio pone en relieve la tensión entre las exigencias de ajuste fiscal y las expectativas de desempeño de los funcionarios. Con una economía en dificultades, la coherencia en las acciones del gabinete se vuelve crucial para la credibilidad del gobierno.