La guerra comercial entre Estados Unidos y China se intensifica tras una nueva ronda de medidas arancelarias. Luego del anuncio del expresidente Donald Trump sobre el incremento de aranceles a las importaciones, el gobierno chino respondió con una decisión contundente: la imposición de un gravamen adicional del 34% a los productos provenientes de Estados Unidos. Esta medida, confirmada por el ministro de Finanzas Lan Fo'an, entrará en vigor el 10 de abril.

Con este movimiento, los aranceles aplicados por China a las importaciones estadounidenses alcanzan un total del 54%, al sumarse este nuevo porcentaje al 20% ya existente. La medida representa una clara señal de resistencia frente a la ofensiva comercial de Washington y anticipa un escenario de mayor tensión económica entre las dos principales potencias globales.

Trump impone aranceles del 10% a 184 países: un giro proteccionista con impacto global

En una decisión que ha sacudido el escenario económico internacional, el gobierno de Estados Unidos anunció la aplicación de un arancel del 10% a productos importados desde 184 países y territorios, incluidos socios estratégicos como la Unión Europea. En el caso de China, el aumento total se elevó a un 54%, con la adición de un nuevo 34% al ya existente 20%.

Esta medida forma parte de una estrategia de endurecimiento comercial bajo la premisa de establecer "aranceles recíprocos". Sin embargo, la falta de consenso internacional y el carácter unilateral de la decisión han generado fuertes críticas y reacciones adversas desde distintos frentes.

China rechaza los aranceles y califica la política estadounidense de intimidación unilateral

La respuesta de Beijing no se limitó a la implementación de nuevos gravámenes. A través de un comunicado oficial, el Ministerio de Comercio chino expresó su firme oposición a las políticas arancelarias de Washington, calificándolas como una "práctica típica de intimidación unilateral".

China instó a Estados Unidos a cancelar los aranceles impuestos y apeló a la necesidad de resolver las disputas comerciales mediante un diálogo igualitario. Asimismo, el gobierno chino acusó a EE.UU. de actuar con base en evaluaciones subjetivas y unilaterales, en contravención de las normas del comercio internacional.

El comunicado enfatizó que estas acciones "perjudican gravemente los derechos e intereses legítimos de las partes pertinentes", poniendo en entredicho la legitimidad del enfoque estadounidense.

Un nuevo capítulo en la guerra comercial amenaza la estabilidad global

La escalada de medidas arancelarias entre Estados Unidos y China representa una nueva fase crítica en una guerra comercial que se ha prolongado durante años. Las consecuencias de este conflicto no se limitan al plano bilateral, sino que afectan directamente a la economía global, generando incertidumbre en los mercados, elevando los costos logísticos y alterando las cadenas de suministro internacionales.

Analistas económicos advierten que esta nueva ronda de tensiones podría provocar una desaceleración del comercio mundial, especialmente en sectores estratégicos como la tecnología, la energía, los alimentos y los productos industriales. Además, las políticas proteccionistas adoptadas por Washington podrían erosionar su relación comercial con otros socios relevantes.

 
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