La Libertad Avanza (LLA) realizó una gran elección este domingo -tras semanas delicadas y una andanada opositora feroz- y, en un Senado que igual seguirá esquivo, casi triplicó sus bancas y pasará de siete a 20 legisladores propios desde el 10 de diciembre próximo: el oficialismo quedará a cinco del tercio bloqueador (25) y a 17 del quorum para iniciar sesiones (37), por lo que será crucial su nueva política de aliados, si es que llegara a existir una en ese sentido.
El otro punto trascendental es que el PJ, bajo las órdenes que Cristina Kirchner emitió para todo el país desde su prisión domiciliaria, quebró su histórico piso de 30 y bajará de 34 a 28, en una jornada pésima para su agenda paralela.
En base a este escenario, la gran incógnita a saldar en la Cámara alta será la postura que tomen los alicaídos bloques de la Unión Cívica Radical -desciende de 13 a nueve-, el PRO -disminuye de ocho a seis-, y la promocionada marca “Provincias Unidas”, quienes tendrán que definir en el corto plazo si gobernadores empujan a sus senadores hacia allí y se convierten en árbitros de muchas pujas, o si continuarán en espacios como el centenario partido, el macrismo o en silvestres provinciales.

La avanzada oficialista también dejó en un incómodo lugar a la vicepresidenta, Victoria Villarruel, quien deberá lidiar con un bloque libertario ampliado y una triunfante Bullrich -en varios despachos desconfían de ella por manejos pasados en el Congreso, en diversos partidos según la época- que podría reclamar lugares como la jefatura de bancada -que lidera el jujeño Ezequiel Atauche- o, como se prevé desde hace unos meses, nada menos la presidencia provisional del Cuerpo.