Desde este miércoles 1 de enero, la implementación de la receta electrónica ha comenzado a regir en todo el territorio nacional. Según lo dispuesto por el Ministerio de Salud de la Nación mediante el Decreto 345/2024, la prescripción de medicamentos deberá realizarse exclusivamente a través de plataformas inscriptas en el Registro Nacional de Plataformas Digitales Sanitarias (ReNaPDiS), marcando un paso clave hacia la digitalización del sistema sanitario.

Para que las recetas electrónicas sean válidas, deben incluir la identificación del profesional de la salud, con nombre, matrícula, profesión, especialidad y domicilio; un código de barras único que garantice su autenticidad; la información del paciente, como nombre completo, obra social o prepaga, fecha de nacimiento, DNI y sexo; además del detalle del medicamento, que debe contener su nombre genérico o denominación común internacional, forma farmacéutica, cantidad de unidades, y, opcionalmente, el nombre comercial sugerido por el profesional. También deben incluirse el diagnóstico médico, la fecha de emisión y la firma digital del profesional.

El nuevo sistema de receta electrónica está diseñado para simplificar y agilizar el acceso a los medicamentos. Las plataformas verifican que los profesionales estén inscriptos en el Sistema Integrado de Información Sanitaria Argentino (SISA) y almacenan las recetas en repositorios digitales que permiten a las farmacias acceder a las prescripciones al momento de la dispensación. De esta manera, los pacientes solo necesitan presentar su DNI o credencial en la farmacia para obtener los medicamentos recetados. Este sistema busca garantizar la alta disponibilidad de las recetas y la seguridad de los datos, implementando protocolos robustos de respaldo y recuperación frente a posibles fallas.

Aunque la receta electrónica será la norma, la receta manuscrita seguirá siendo válida en situaciones excepcionales, como zonas con problemas de conectividad, áreas de difícil acceso o interrupciones temporales del sistema.

En cuanto a la implementación en las provincias, 17 jurisdicciones ya cuentan con normativas que permiten la adopción de la receta electrónica. Varias de estas se han adherido a la Ley Nacional, mientras que otras han desarrollado leyes propias o tienen proyectos en curso. Sin embargo, algunas regiones aún no tienen legislación específica, aunque pueden utilizar parcialmente el sistema.

La receta electrónica busca mejorar la eficiencia en la atención médica, reducir errores en la prescripción, optimizar la gestión de medicamentos y garantizar mayor transparencia en el sistema de salud. Además, promueve un acceso más rápido y seguro a los tratamientos, representando un avance significativo en la modernización del sector sanitario en Argentina.

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