En noviembre de 2024, las ventas en los supermercados argentinos registraron una caída interanual del 7,6%, según los datos proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). Este descenso refleja las dificultades del consumo masivo durante el primer año del gobierno de Javier Milei. Sin embargo, también se observó un incremento mensual del 1,8%, marcando la mejoría más significativa desde mayo de 2024.
Caída Anual en las Ventas de Supermercados
El análisis interanual de noviembre muestra una disminución del 7,6% en las ventas de los supermercados, continuando con la tendencia negativa que se ha mantenido durante el año. Además, el acumulado entre enero y noviembre de 2024 evidenció un retroceso del 11,9% en la facturación real en comparación con el mismo período del año anterior.
Este descenso se debe a varios factores, entre ellos el impacto de la inflación y el debilitamiento del poder adquisitivo de las familias argentinas. El consumo masivo ha sido uno de los sectores más golpeados, reflejando las dificultades económicas que atraviesa el país.
Los Productos Más Afectados y los Sectores que Crecen
En términos de categorías de productos, los artículos que registraron las mayores bajas interanuales en ventas reales fueron:
- Electrónica
- Carnes
- Bebidas
- Por otro lado, algunos sectores lograron mostrar crecimiento, destacándose los siguientes:
- Artículos de limpieza y perfumería
- Lácteos
- Panadería
Estos incrementos sugieren un cambio en las prioridades de consumo de los argentinos, enfocándose en productos esenciales y de uso diario.
Transformación en los Medios de Pago
El informe también reveló una transformación en los hábitos de pago de los consumidores. Mientras que el uso de efectivo y tarjetas de débito se desplomó, se observó un fuerte aumento en el uso de tarjetas de crédito y otros medios de pago. Dentro de esta última categoría, los pagos con códigos QR destacaron al duplicar su crecimiento en términos reales, superando ampliamente la inflación del período.
Esta transición hacia métodos digitales indica una adaptación tanto de los consumidores como de los comercios a nuevas tecnologías financieras, así como una respuesta a las dificultades para manejar efectivo en un contexto inflacionario.