Beijing mostró sus datos de crecimiento económico para diferenciarse de los
EE.UU.: el PBI aumentó 5,4%, el comercio exterior 1,3%, la producción industrial
6,5% y el ingreso per cápita 5,5%. El podio de sus 170 socios comerciales.

Por Fernando Capotondo
En la milenaria tradición china – y sobre todo en el confucianismo – la figura del
“cielo” representa una fuerza moral superior, una especie de orden universal que
rige nuestro devenir a través de la benevolencia, la rectitud y el respeto. Se trata
de un término que está cargado de un significado trascendente, tanto desde lo
espiritual como de lo filosófico, por lo que en China no suele invocarse para hablar
de cualquier pavada o cuestión que no requiera de un mínimo nivel de reflexión.
Dicho esto, quizás resulte un poco más sencillo interpretar la peculiar definición
que utilizó esta semana el funcionario de la Administración General de Aduanas
(AGA), Lyu Daliang, al anunciar que el comercio exterior de China había
aumentado un 1,3% interanual durante el primer trimestre de 2025, en un contexto
internacional cruzado por la guerra comercial/arancelaria que desató Estados
Unidos.

“A pesar de un entorno complejo y desafiante, el cielo no se caerá para las
exportaciones de China”, fue la frase que lanzó Lyu, en un guiño a aquellos que
creen entender de qué hablan los chinos cuando hablan del cielo.

Desde esta particular mirada, Beijing celebró los datos duros de la AGA sobre los
6,13 billones de yuanes (unos 850.100 millones de dólares) que las exportaciones
chinas sumaron entre enero y marzo de 2025, con un aumento del 6,9%; al igual
que los 4,17 billones de yuanes (casi 580 mil millones de dólares) que registraron
las importaciones durante el mismo período, con una caída que se ubicó alrededor
del 6 por ciento.

Al respecto, Lyu explicó que “China ha logrado un progreso constante en los
últimos años, gracias a la diversificación de sus mercados de comercio exterior y
la profundización de la cooperación en las cadenas industriales y de suministro
con socios de todo el mundo”.

“Estos esfuerzos – agregó – no solo han apoyado el desarrollo de nuestros socios,
sino que también han mejorado nuestra propia resiliencia”.
El funcionario también recordó que el mercado interno representa un fuerte
respaldo para la economía y destacó que “China convertirá esta certidumbre en un
amortiguador contra la volatilidad global”.

En esa línea avanzó el subdirector de AGA, Wang Lingjun, al asegurar que “a
pesar del débil impulso del crecimiento económico mundial, la intensificación del
proteccionismo comercial y las tensiones geopolíticas, el comercio exterior de
China ha mantenido este año un crecimiento estable con significativos avances en
el desarrollo de alta calidad”.

Ocurre que en la actualidad, las exportaciones de China llegan a más de 170
países y regiones, y Beijing se mantiene como el segundo mayor importador del
mundo desde hace 16 años consecutivos, con un aumento del 7,9 al 10,5 por
ciento en su participación en las importaciones globales, según informes
difundidos por la agencia Xinhua.

LOS SOCIOS Y EL CALLEJON SIN SALIDA
En este contexto, la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) se
mantuvo como el principal socio comercial de China en el primer trimestre de
2025, con 1,71 billones de yuanes ( 240,85 mil millones de dólares ), lo que
representó un aumento del 7,1% respecto al año pasado y una suba del 16,6% del
valor comercial total del país asiático.
Durante el mismo período, el comercio exterior con la Unión Europea (UE) se
incrementó un 1,4% interanual, al alcanzar los 1,3 billones de yuanes ( U$S 183,1
mil millones); al tiempo que los negocios con los países socios de la Iniciativa de la
Franja y la Ruta (BRI, por su traducción al inglés) aumentó un 2,2 por ciento hasta
los 5,25 billones de yuanes (729 mil millones de dólares estadounidenses),
representando el 51,1% del comercio exterior total de China.
Respecto a Estados Unidos, el comercio exterior se incrementó – a pesar de
Trump – un 4% interanual y alcanzó los 1,11 billones de yuanes (152,78 mil
millones de dólares), según precisó el relevamiento de la AGA.
“Los aranceles recíprocos de los EE.UU. subvierten el orden económico y
comercial internacional, anteponen los intereses estadounidenses al bien de la
comunidad global, socaban el sistema multilateral de comercio y violan las normas
de la Organización Mundial de Comercio (OMC). No debemos olvidar que en una
guerra comercial nadie gana. El proteccionismo es un callejón sin salida”,
sentenció Wang.
¿LOS NUMEROS HABLAN?
El citado aumento del comercio exterior no fue el único dato económico que las
autoridades chinas se encargaron de anunciar en medio del descalabro global que
provocaron los “aranceles recíprocos” de Trump, como gustan llamarlos en Beijing.
En efecto, el Buró Nacional de Estadísticas (BNE) informó esta semana que el
Producto Bruto Interno (PBI) aumentó un 5,4% interanual entre enero y marzo de
2025, al alcanzar los 31,8758 billones de yuanes (unos 4,42 billones de dólares).

Este crecimiento superó al alcanzado durante todo el 2024 e, incluso, es mayor a
las metas de desarrollo previstas para el corriente año, según se vanaglorian
desde el área económica.
El organismo también anunció que la producción industrial de valor agregado
aumentó un 6,5% interanual durante el primer trimestre del año. Al desglosar este
crecimiento, el subdirector Sheng Laiyun precisó que la manufactura de equipos
subió un 10,9%, el sector de alta tecnología un 9,7%, la producción de vehículos
de nueva energía un 45,4% y los robots industriales un 26%.

Asimismo, el BNE destacó que el ingreso disponible per cápita aumentó un 5,5%
interanual, también en el período enero-marzo de 2025, al llegar a los 12.179
yuanes (unos 1.688 dólares). Este crecimiento no fue uniforme: en las zonas
urbanas alcanzó el 4,9%, mientras que en las rurales fue del 6,2 por ciento.
La maratón de anuncios del organismo concluyó con los datos de crecimiento del
4,6% en las ventas minoristas durante los tres primeros meses del año, lo que fue
presentado como “un importante indicador de la fortaleza del consumo del país”,
según destacaron fuentes oficiales.
Este último dato se convirtió en la contracara de las agoreras proyecciones de la
OMC respecto a una caída del 0,2% en el volumen del comercio mundial de
mercancías, frente a las estimaciones previas de un posible crecimiento del 2,7%.
Aunque, cuidado, porque todo puede empeorar. El organismo internacional advirtió
que si se profundizan las tensiones globales, la contracción del comercio podría
escalar hasta un 1,5% en lo que resta del año.

¿Cómo interpretar los citados logros de la economía china frente al apocalipsis
comercial que anuncia la OMC? Es una obviedad señalar que sobran los ataques,
denuncias y maniobras, en esta suerte de ajedrez político que pretende definir el
futuro de la economía planetaria.
“Vamos a subir los aranceles a China hasta un 245%”, fue una de las últimas
jugadas de Washington.

“El cielo no se cae”, repite China – en voz bajita – mientras de reojo observa el tablero.

 

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