El Fondo Monetario Internacional (FMI) expuso este jueves su escasa voluntad de avanzar en la aprobación de la octava revisión del acuerdo que lo ata a la Argentina a partir del préstamo que le otorgó a Mauricio Macri en 2018. La portavoz del organismo, Julie Kozack, fue esquiva en cuanto a compromisos a cumplir por parte de la entidad multilateral y, en cambio, enfatizó los reclamos que le hace al gobierno argentino.

La doble faz del FMI se leyó con el prisma del retraso a la aprobación de la octava revisión del acuerdo. Los burócratas del Fondo que monitorean las cuentas argentinas emitieron un comunicado el pasado 13 de mayo en el que aseguraron que el gobierno de Javier Milei y su ministro de Economía, Luis Caputo, había obtenido “resultados mejores de lo esperado”.

 
 

Desde ese momento, el directorio del Fondo trató y resolvió la situación de 11 países en reuniones casi diarias, pero no tuvo tiempo para analizar el caso argentino. En círculos financieros se coincide en que el Fondo aprobará finalmente la octava revisión aunque hay opiniones divergentes respecto de las razones del retraso.

La postura del FMI

Se habla de que no habría aprobación antes del viaje de Kristalina Georgieva a Italia para participar de la Cumbre del G7 de la semana que viene, encuentro al que Milei ahora irá –había descartado su presencia– en parte motivado por esta situación con el FMI y la necesidad de financiamiento externo para pagar la deuda pública.

En la conferencia de prensa de este jueves, Kozack repitió los elogios a las autoridades nacionales por su “compromiso” con el programa vigente y resaltó que las metas del primer trimestre de este año (objeto de la octava revisión) se cumplieron “con amplios márgenes”.

Los comentarios positivos –breves- dieron paso luego a las admoniciones. “El camino que le espera a la Argentina sigue siendo desafiante, y aprovechar estos primeros logros significa que las políticas tendrán que evolucionar en áreas que ya hemos discutido”, dijo en una de las primeras veces que se le escucha a la funcionaria ese tono imperativo.

Para Kozack y el FMI, el gobierno debe “mejorar la calidad de la consolidación fiscal para asegurar su durabilidad y equidad” e impulsar una “evolución” de la política monetaria y cambiaria para “anclar” la inflación y acumular más reservas.

FMI
Foto: AFP

La portavoz también recitó el pliego microeconómico del Fondo: reforma laboral, desregulación de sectores económicos y “atraer inversión privada”, un ítem que no había sido mencionado antes por Kozack y que empalma con el estancamiento en el Congreso de la ley Bases, que promueve un régimen especial para grandes inversiones privadas, el RIGI, muy cuestionado por el movimiento obrero, economistas, académicos y representantes de la industria liviana.

Kozack volvió sobre la necesidad de que el gobierno logre “ampliar el apoyo político a la estabilización y reforma macroeconómicas”. Y en ese punto destacó “la aprobación” de la ley Bases en la Cámara de Diputados y su “próxima consideración” en el Senado.

Por último, consultada sobre la fecha posible en la que el directorio del Fondo podría reunirse para tratar el caso argentino, Kozack se limitó a decir con tono ambiguo: “Esperamos que la reunión de la Junta Directiva se lleve a cabo pronto».

Para el gobierno de Milei este paso es fundamental porque la aprobación de la octava revisión gatillaría un desembolso de U$S 800 millones por parte del FMI que vendría muy bien al Banco Central para incrementar el nivel de reservas internacionales, que no logran superar la barrera de los U$S 30.000 millones.

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