Mientras en la provincia de Catamarca se empezará a tratar en el ámbito legislativo la adhesión al Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI), desde el sector minero que nuclea a las empresas se solicitó que las provincias adhieran a este régimen, ya que ayudará a desarrollar la minería.
Según los medios nacionales, quien lanzó esta solicitud fue la Cámara Argentina de Empresas Mineras (CAEM). A través de la Comisión directiva, la CAEM consideró que la adhesión “es un impulso necesario para consolidar inversiones mineras”, además de considerar que el RIGI es “una herramienta que ayudará a desarrollar la producción minera, con un efecto a la generación de empleo genuino, al impulso a proveedores locales, al desarrollo de infraestructura y al aporte de divisas y crecimiento social”.
“Es imprescindible para reforzar la competitividad frente a otros países que poseen recursos minerales similares y que han sabido desarrollar significativamente su minería a partir de contar con previsibilidad en materia cambiaria, seguridad jurídica, marco tributario competitivo y obras de infraestructura apropiadas”.
Asimismo, consideran que, en el contexto actual, el RIGI contribuye a generar las condiciones que favorezcan la puesta en marcha de los yacimientos de cobre, de litio -aprovechando la ventana de oportunidad que abre la electromovilidad-, como así también estimular la inversión en exploración para desarrollar nuevos proyectos de oro y plata y ampliar los existentes.
“Desde CAEM creemos que hay que aprovechar cada oportunidad posible para poner en valor los recursos minerales. Para que los más de 25.000 millones de dólares que tenemos en cartera de proyectos sean yacimientos en producción. Para triplicar las exportaciones actuales, alcanzando los 12.000 millones de dólares anuales y para duplicar los más de 100.000 empleos que actualmente generamos, llevando nuevas oportunidades a más argentinos”, concluye el comunicado.
Catamarca y el RIGI
De acuerdo con el diario Ámbito, los seis proyectos de cobre más avanzados de la Argentina que esperan por el RIGI generarían inversiones por u$s20.000 millones, exportaciones por casi u$s9.000 millones al año, un saldo comercial de casi u$s7.000 millones y más de 40.000 puestos de trabajo nuevos.
Un informe de la Cámara Argentina de Empresas Mineras (CAEM), indicaba que “para 2035 el faltante de cobre puede llegar a casi 10 millones de toneladas, equivalentes a unos 50 proyectos de clase mundial”, calcularon y advirtieron que, sin esa producción de cobre, los objetivos de transición energética corren riesgo.
Los seis proyectos de cobre se ubican en cuatro provincias distintas y garantizarían el metal rojo por los próximos 50 o 60 años. Algunos ya tienen fecha tentativa de inicio de construcción: Josemaría (San Juan) en 2024/2025, San Jorge (Mendoza) en 2025, Taca Taca (Salta) en 2025, Los Azules (San Juan) en 2026, El Pachón (San Juan) en 2027 y Proyecto MARA (Catamarca) en 2027.
Con estos proyectos en marcha, Argentina alcanzaría un nivel promedio de 1.066 miles de toneladas por año, equivalente a 10% del déficit global de cobre en 2035.
Al mismo tiempo, este desafío multiplicaría por tres las exportaciones totales del sector minero argentino, que como muchos expertos vaticinan, podría sumar dólares al país, equivalentes a media cosecha del campo.