Cultivado en Gualtallary Monasterio, este Chardonnay refleja la biodiversidad del terroir.
Vinificado con levaduras autóctonas y sin fermentación maloláctica, su perfil fresco y puro combina notas minerales con un toque de hierbas autóctonas. Su perfil manifiesta la esencia del terroir con la visión innovadora de Sebastián Zuccardi, logrando un vino que captura la identidad del lugar y la biodiversidad que lo rodea.

