Durante el mes de julio, el presidente Javier Milei se vio en la necesidad de recurrir a costosos servicios de vuelos privados tanto en su viaje a Sun Valley, Estados Unidos, como en su desplazamiento a París.
La cifra destinada a estos lujosos vuelos supera los 700 mil dólares. La razón detrás de este significativo gasto es la inactividad prolongada del avión presidencial, un Boeing 757-256. Desde el 27 de junio, este sofisticado aparato permanece estacionado en el sector militar de Aeroparque debido al vencimiento de la inspección mayor "C-Check". Este tipo de revisión es mandatoria cada tres años para garantizar la navegabilidad del avión, y sin ella, el Boeing no puede ser utilizado.
El Boeing 757-256 fue adquirido durante la gestión de Alberto Fernández, quien destinó una cifra astronómica de 25 millones de dólares, de los cuales un porcentaje fue pago en efectivo y el resto mediante la entrega de la antigua nave presidencial, el Tango 01. A pesar de la cuantiosa inversión, desde finales de junio la aeronave está imposibilitada de volar.
Para intentar solucionar la problemática, se convocaron dos procesos de licitación sin éxito hasta ahora. A pesar de las ofertas presentadas por empresas reconocidas como “Alpha Aviation Group LLC” y “Xtreme Aviation LLC”, todas fueron desestimadas ya sea por problemas técnicos o por no cumplir los exigentes plazos requeridos.
