Tras la victoria electoral de La Libertad Avanza, el presidente Javier Milei comenzó a delinear la nueva estructura de su Gabinete. Según confirmaron fuentes oficiales, Alejandra Monteoliva, actual número dos de Patricia Bullrich, asumirá al frente del Ministerio de Seguridad, una decisión que también implica descartar la idea de fusionar esa cartera con la de Justicia.

En el entorno presidencial consideran la designación un gesto político hacia Bullrich, quien obtuvo un contundente 50% de los votos como candidata a senadora por la Ciudad de Buenos Aires y ya es mencionada como posible competidora por la jefatura de Gobierno porteño en 2027.

La figura de Monteoliva, con experiencia en gestión y estrecha colaboración con Bullrich, busca asegurar continuidad en las políticas de seguridad y mantener la cohesión dentro del espacio oficialista. "Es una señal de respaldo y de reconocimiento a la gestión de Bullrich", apuntan desde el Ejecutivo.

En paralelo, el futuro de Mariano Cúneo Libarona en Justicia sigue siendo motivo de debate dentro del Gobierno. Aunque el ministro presentó su renuncia, en la Casa Rosada sostienen que Milei podría no aceptarla. "No hay nada descartado. Hay intenciones de que siga", reconocieron desde el entorno presidencial. El abogado asistió al búnker libertario el domingo por la noche, y su mención en el discurso del presidente fue leída como un indicio de que podría continuar en funciones sin plazo definido.

El equilibrio entre los distintos sectores internos de La Libertad Avanza es, por estas horas, una prioridad para Milei. Dentro del oficialismo hay presiones cruzadas por ocupar lugares clave en el gabinete. El viceministro de Justicia, Sebastián Amerio, suena como eventual reemplazante de Cúneo Libarona, aunque desde el Gobierno aclaran que "no hay definiciones cerradas" y que los cambios podrían demorarse "al menos hasta diciembre".

Algo similar ocurre con el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, quien en los últimos días quedó en el centro de la escena tras su intervención durante la difusión de los resultados electorales. Si bien en la Casa Rosada insisten con su posible salida, se descartó por el momento el desembarco de Santiago Caputo, asesor de máxima confianza del presidente, en ese cargo.

En cambio, tomó fuerza la hipótesis de que el actual vocero presidencial, Manuel Adorni, asuma eventualmente la jefatura de Gabinete, una vez que jure como legislador porteño. Adorni fue uno de los pocos funcionarios que acompañaron a Milei en el escenario durante el discurso de la victoria, junto a Karina Milei, Caputo, Bullrich y Diego Santilli. Este último, quien encabezó la lista de diputados nacionales por Buenos Aires tras la baja de José Luis Espert, podría también recibir un reconocimiento con un cargo dentro de la gestión nacional.

En cuanto al Ministerio de Defensa, todo indica que Luis Petri dejará su cargo y que su reemplazante podría ser el actual intendente de General Pueyrredón. Otra alternativa que se analizó fue designar a un jefe militar, entre ellos el titular del Estado Mayor General del Ejército, Carlos Alberto Presti, aunque esa posibilidad perdió fuerza en los últimos días.

La Casa Rosada también evalúa una reestructuración del Ministerio del Interior que implicaría incorporar nuevas áreas de Infraestructura, como Obras Públicas y Transporte, en un intento por centralizar decisiones y optimizar recursos. Además, se buscan los acuerdos políticos necesarios para asegurar la continuidad de Martín Menem al frente de la Cámara de Diputados, un rol clave para sostener la gobernabilidad durante la nueva etapa.

Con los cambios aún en discusión, Milei busca mantener el equilibrio dentro de su propio espacio, combinar lealtades políticas con eficiencia técnica y dar una señal de estabilidad tras el triunfo electoral.

 
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