No hay ningún despacho de abogados en el mundo comparable a Wachtell. Es una firma única en casi todos los sentidos. No le interesan los temas legales menores o recurrentes, sólo los de alto perfil y complicados, aunque haya que dedicar mucho esfuerzo e innovación jurídica. Fuentes del sector legal afirman que rechaza más trabajo del que acepta, y cuentan que una vez un abogado de Wachtell llamó a la firma para enviar un asunto con una cuantía económica muy importante. El socio de Wachtell preguntó si era un asunto difícil. “No, en absoluto; es sencillo”, contestó el letrado. “Ah, pues entonces no nos interesa”, sentenció su superior.

Este dispar bufete, fundado en 1965 por Herb Wachtell, Martin Lipton, Leonard Rosen y George Katz, sólo tiene oficina en Nueva York, pero opera en los cinco continentes, siendo el mejor bufete del planeta en asuntos mercantiles. El socio Adam O. Emmerich, que recibe a EXPANSIÓN en una de las diez plantas con escaleras internas que la firma tiene en el edificio de la CBS en Manhattan, explica esta estrategia internacional. “No tenemos oficinas en el exterior ni alianzas, sino que preferimos establecer acuerdos puntuales con las mejores firmas de cada país. De no ser así, no tendríamos a los mejores abogados en los asuntos más importantes cuando hicieran falta”, explica.

Contratar a los mejores
Wachtell no ficha profesionales de otras firmas, en un esfuerzo por preservar su cultura única. Limita su contratación a los mejores abogados que salen de las escuelas de derecho más prestigiosas de EEUU, como Harvard, Yale, Columbia, Stanford o NYU. “Cada año entran unos 25 letrados junior a la firma, de los cuales sólo permanecen en plantilla unos tres o cuatro”, confirma Emmerich. Una vez dentro de forma permanente, el abogado es casi un objeto de culto para la propia firma, que lo protege con mimo.

“Se cuida al abogado mucho más que en cualquier otro despacho, maximizando el uso de su talento. Se encargan de cualquier cosa que pueda distraer tu labor de pensar jurídicamente”, explica la letrada jefe de la Corte de Arbitraje de Madrid, Elena Gutiérrez, que en 2008 realizó un intercambio de cuatro meses en Wachtell, cuando estaba trabajando en Uría Menéndez.

Un abogado de Wachtell no se lee un escrito para buscar erratas. Hay todo un equipo de apoyo que se dedica a leer documentos y cada letrado cuenta con el número necesario de secretarias en cada momento. “Me llamaba la atención cómo todas las secretarias tenían los turnos doblados para que tuvieras una disponible siempre, aunque fueran las tres o las cuatro de la mañana”, añade Gutiérrez.

24 horas, 7 días
Pero al mismo tiempo, la dedicación de los abogados de Wachtell hacia la firma y sus clientes es total. Para empezar, especifican tras el número de teléfono que figura en la firma de sus e-mails que se les puede localizar las 24 horas, los siete días de la semana. “Un día llamé a un compañero, me contestó de forma natural, traté con él un asunto y me despedí. Días después me enteré de que no estaba entonces unas plantas más abajo sino en Tel-Aviv donde eran las cuatro de la mañana. Pero en ningún momento tuve sensación de haberle despertado o de molestarle”, relata Gutiérrez, que añade que existe mucha rotación, porque hay profesionales que “no soportan esa presión y ocupación casi exclusiva a la firma y tras cinco años se van a otras”.

Eso sí, siempre te compensan. “Si por ejemplo, pierdes unas entradas para ver jugar a los New York Knicks por tener que quedarte en la oficina, semanas después te harán llegar unas entradas VIP en una zona inmejorable de la pista y, si es posible, con visita a los vestuarios”, afirma Gutiérrez

El inventor de las ‘píldoras venenosas’
Hay quien afirma que en Wachtell no se practica el derecho, sino que se crea. La firma siempre anima a sus letrados a las innovaciones jurídicas y han tenido éxito en el desarrollo de muchas, como en fusiones transfronterizas de capital, la hipoteca a través de los valores o las famosas poison pills que propiciaron en 2008 un caso de Harvard y que han generado un gran éxito a la firma. Estas píldoras envenenadas fueron inventadas en 1982 por Martin Lipton y están consideradas como la más eficaces de las defensas contra una opa hostil.

Law firm Wachtell appoints new top leadership | Reuters

Esta firma hoy en dia esta siendo acusada por ELON MUSK 

El famoso pionero de Silicon Valley, Elon Musk, se enfrenta a la élite de Wall Street en una demanda innovadora que resume una combinación de tecnología, finanzas y drama legal, Esto a cuenta de la compra de twitter. 

(Proximamente mas informacion)

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