Luego de un inicio de temporada que se destacó por vacaciones breves y presupuesto ajustado, los argentinos transitan febrero con una planificación de gastos con altos incrementos. Según una encuesta elaborada por la Facultad de Turismo y Hospitalidad de la Universidad Abierta Interamericana (UAI), durante enero la Costa Atlántica se destacó como la opción más solicitada de la temporada. Este verano, para poder vacacionar, las personas recurrieron a ahorros y/o financiamiento. Las respuestas que brindaron más de mil mayores de 16 años residentes del AMBA dan cuenta de esta tendencia. La población encuestada que planificó vacaciones de verano las financió mediante ahorros (47,2%), tarjetas de crédito (6,6%) o a través de la solicitud de un préstamo (5,4%).
Programar vacaciones en un contexto de alta inflación puede ser complejo. En este escenario, obtener financiamiento resultó esencial para planificarlas. Los bancos, por la alta demanda crediticia, deben ser ágiles y capaces de ajustarse a la coyuntura actual y adoptar tecnologías que automatizan procesos.
En esta línea el lanzamiento de Cuota Simple (que llegó para reemplazar el programa Ahora 12), puso en evidencia que la tendencia en el hábito de consumo en el país es el financiamiento. En 2023 un informe de la Bolsa de Comercio de Córdoba junto al Instituto de Investigaciones Económicas (IIE) reveló que el 36% de las compras en artículos de primera necesidad se realiza a crédito, siendo la tarjeta de crédito el medio de pago más utilizado. “Quienes no tienen tarjeta eligen la opción de financiarse con herramientas alternativas, como los préstamos en efectivo o comprá ahora, pagá después (BNPL), que ofrecen los retails, por ejemplo”, señala Mariano Sokal, director de SIISA, compañía de tecnología aplicada al mercado financiero que procesó en 2023 más de 55 millones de solicitudes de crédito y busca un crecimiento del 131% en 2024.
Con la aplicación de aumentos en transporte, tarifas, alquileres, prepagas, cuotas de colegios, combustibles, cable e internet, es cada vez más común que las familias recurran a créditos para afrontar gastos estacionales. De esta manera alivian el aumento de precios generales, al tiempo que a través del financiamiento con buenas tasas pueden ganarle a la inflación.
El rol de la tecnología
Para facilitar el otorgamiento de créditos bancarios que fomentan el consumo estacional, las empresas de tecnología aplicada a la industria financiera, cumplen un papel esencial. Las entidades del sector se enfrentan a solicitudes diarias de productos financieros, cuyas evaluaciones pueden ser complejas y requerir un análisis detallado de los datos, además de rapidez en la respuesta de aprobación o rechazo. En algunos casos, se requiere una evaluación minuciosa de los riesgos antes de aprobar un préstamo.
“En un escenario de inflación alta, las entidades financieras que adoptan tecnología de punta pueden potenciar los mecanismos de financiación a sus clientes. Los motores de decisiones, por ejemplo, permiten automatizar la toma de decisiones crediticias, consultando en menos tiempo más fuentes de datos, para de esa manera incluir a más personas dentro de la economía formal”, afirma Sokal.
En relación a las ventajas de la incorporación de motores de decisiones en las compañías financieras, Sokal resalta: “Les permite procesar grandes cantidades de información en tiempo real, optimizando así sus operaciones, además de contar con otros beneficios adicionales: evita el error humano, acelera los procesos de evaluación crediticia mediante la automatización y permite que las áreas de riesgos o crédito de las empresas financieras, bancos, fintech, retails, entre otras, puedan autogestionar sus políticas de riesgos, sin depender del área de sistemas para su implementación”.
La capacidad de adaptarse de manera rápida y efectiva, ya sea para financiar esparcimiento o para respaldar la compra de la canasta escolar y otros gastos de inicio de ciclo, marca la diferencia entre el éxito y el estancamiento. Las situaciones económicas desafiantes impulsan a las compañías financieras a adoptar tecnologías de última generación en pos de favorecer los procesos crediticios que fomentan un escenario en el que el financiamiento resulta cada día más esencial para afrontar la realidad diaria.