Warner Bros. y Relevance International crearon un espacio con artículos de lujo para los fanáticos de Batman que sueñan con vivir como Bruce Wayne.
La casa de casi 22 millones de dólares en la calle 17 Oeste del barrio de Chelsea, en Manhattan, puede resultar familiar por ser el hogar ficticio de Roman Roy, de Succession, pero durante una semana de este mes, fue el hogar de otro multimillonario ficticio: el residente más famoso de Ciudad Gótica, Bruce Wayne.
La elegante residencia estaba repleta del tipo de juguetes y artilugios que uno esperaría que tuviera el "otro yo" de Batman, como la bicicleta eléctrica más rápida del mundo (29.995 dólares), un conjunto de teléfonos encriptados de grado militar (16.500 dólares) y un piano Alpange hecho a medida (100.000 dólares). Todo tiene un código de barras escaneable disponible para la compra.
La sala de exposición con posibilidad de compra formaba parte de la incipiente apuesta de Warner Bros. Discovery por el "retailtainment" de lujo, una colaboración con la empresa de marketing Relevance International, con sede en Nueva York, llamada Experiencia Empresas Wayne.
Dentro de la casa de 1021 metros cuadrados, Warner Bros. y Relevance International crearon un espacio con artículos de lujo valorados en 40 millones de dólares para los fanáticos de Batman que sueñan con vivir como Bruce Wayne. "Solía mirar fotos de esta casa todo el tiempo", dice un transeúnte, que solía trabajar en el sector inmobiliario de Nueva York. “Definitivamente parece un lugar donde viviría Bruce Wayne”, agrega.
En el interior de la casa de cinco dormitorios y 12 baños, un superauto Pininfarina dorado (5,2 millones de dólares) está estacionado en el estrecho garaje. Junto a él hay una representación de un modelo de aspecto similar, único en su especie, inspirado en el Batimóvil, para que los huéspedes puedan encargarlo.
Durante la primera hora de la experiencia de compra (las visitas se realizaban tres veces al día y duraban casi dos horas), los actores que interpretan a Lucius Fox (el CEO ficticio de Wayne Enterprises) y Alfred Pennyworth (el mayordomo de Bruce Wayne) guían a los visitantes por suelos oscuros y espejados a través de la elegante decoración azul y negra de Baxter y estructuras artísticas de resina fundida de dos metros de altura.
Varias habitaciones de la casa reproducen música en equipos estéreo McIntosh, y una de ellas contiene equipos valorados en un millón de dólares. Resulta que McIntosh alquila la casa (ahora más conocida como la Casa del Sonido) por 100.000 dólares al mes. Cuando no está al servicio de la Experiencia Bruce Wayne, se utiliza como espacio para eventos musicales, entre otros. Un gerente del inmueble afirma que Justin Timberlake estuvo en la propiedad tres veces desde el pasado septiembre.
"Esta experiencia es para superfans", dice Robert Oberschelp, jefe de productos de consumo de Warner Bros. “Pero no todo el mundo quiere un personaje en su ropa”, completa.
Concebida por primera vez en 2020 (cuando el mercado de artículos de lujo estaba en alza), la Experiencia Bruce Wayne duró ocho días con una lista de invitados de menos de 250 "creadores de gustos, personas leales a las marcas de la casa, VIP de la lista Relevance y personas versadas en el lujo", según Rosnowski.
“La intención no es ser en modo alguno excluyente” suma, acariciando repetidamente los lados del mullido sillón en el que se sienta dentro del dormitorio de Bruce Wayne. "Sin embargo, es un personaje de lujo. Encarna ciertos niveles de, ya sabe, riqueza fantástica" completa.
En 2013, la última vez que Forbes hizo una valoración de los 15 Ficticios (una lista de personajes ultrarricos que van desde Charles Foster Kane a Tony Stark o Richie Rich) Bruce Wayne ocupaba el sexto lugar, con una fortuna estimada en 9.200 millones de dólares. Once años después, gracias en gran parte al auge de los contratistas de defensa, Forbes estima que la fortuna ficticia de Wayne se disparó hasta los 32.000 millones de dólares, situándose en compañía de otro joven heredero, Lukas Walton de Walmart (30.800 millones de dólares) y de otro gran filántropo, MacKenzie Scott (35.300 millones de dólares).
Oberschelp afirma que el creciente mercado de artículos de lujo de edición limitada inspiró a Warner Bros. a revisar su propiedad intelectual en busca de una oportunidad para sacar provecho y Wayne, que debutó en el número 27 de Detective Comics en marzo de 1939, fue la elección natural.
Tanto Rosnowski como Claudia D'Arpizio, autora principal del informe anual sobre el lujo de Bain, afirman que las personas con un patrimonio neto ultraelevado buscan experiencias que "el dinero no pueda comprar".
"Se parte de la base de que los ultra ricos probablemente tienen más dinero disponible que tiempo", afirma D'Arpizio. "Hay una gran necesidad por parte de las marcas de crear más euforia y poner más innovación en la parte experiencial", precisa. "Creo que va a ser el futuro del comercio minorista", suma Rosnowski, aunque no quiso decir cuánto se vendió durante la duración del evento. “Todo el mundo está demostrando que tiene apetito por esto”, sostiene.
Aún así, los datos de los clientes son en gran medida un proceso de colaboración para la Experiencia Bruce Wayne. "Los jóvenes herederos que entran en el dinero rápidamente tienden a comprar piezas como ésta", dice un representante de Scott Diamonds, mientras sube un anillo de diamantes de tres piedras de color púrpura y verde de 9,2 millones de dólares y 18 quilates, llamado "The Joker Purple".
Las joyas son la última parte de la Experiencia Empresas Wayne antes de que los invitados suban al balcón y brinden con champán mientras el sol se pone sobre Manhattan. Finalmente, toman el ascensor hasta el sótano, donde una actriz que finge ser una de las invitadas se revela como Gatúbela y mantiene a los visitantes como rehenes a cambio de un anillo de diamantes. La teatralidad termina cuando Lucius la engaña para que se marche con un diamante falso.
Antes de que los invitados suban, el joyero les permite probarse algunas piezas, entre ellas un diamante azul de 3 quilates llamado "El anillo azul de Gotham" (11 millones de dólares) y el accesorio que interesaba a Gatúbela: Un diamante amarillo cuadrado de 3,16 quilates denominado "Anillo de kriptonita" (800.400 dólares). Pero puede que pertenezca a un tipo que vive en Metrópolis.