Contra 11 rivales y 42 mil almas. Contra los piedrazos que recibió el micro al llegar al estadio. Contra el repetido insulto (c… de tu madre) que recibió cada uno al ser nombrado en la voz del estadio. Contra las monedas y encendedores que les tiraron en la entrada en calor. Contra la bandera gigante llena de chicana con la frase "este Monumental no sabe de descenso". Contra todo y todos, en una batalla que pasó los límites y fue más que física y futbolística como se preveía, River se volvió de Santiago de Chile con sabor agridulce.
Lo supo sufrir y aguantar hasta pegar en el momento justo, pero dio la sensación que Gallardo demoró un poco los cambios y cuando los definió para empezar a cerrar la ventaja llegó el empate de Colo Colo, el que dejó abierta una equilibrada serie de cuartos de la Libertadores tras 90' que terminaron tan picantes como empezaron.