La coalición de izquierdas Nuevo Frente Popular (NFP) arrebató este domingo a la extrema derecha la victoria en las elecciones legislativas en Francia, donde se abre un período de incertidumbre sobre quién gobernará al no lograr ningún bloque la mayoría absoluta.

El NFP obtuvo unos 190 de los 577 escaños de la Asamblea Nacional (cámara baja), seguido de la alianza de centroderecha del presidente Emmanuel Macron (unos 160) y del partido ultraderechista Agrupación Nacional (RN) y sus aliados con más de 140, según los resultados casi finales.

Los resultados suponen un revés para la líder ultraderechista, Marine Le Pen, que aunque gana diputados, fracasa en su intento de lograr una mayoría, incluso absoluta, que las proyecciones consideraban posible hace apenas unos días.

"Nuestro pueblo ha rechazado claramente el peor escenario posible", declaró el líder de izquierda radical Jean-Luc Mélenchon, para quien el NFP deberá "gobernar", pero sin "entablar negociaciones" con la alianza de Macron.

El ministro del Interior, Gérald Darmanin, respondió que "nadie puede decir quién ganó la elección" y llamó al oficialismo a abrirse al partido de derecha Los Republicanos (LR), que lograría unos 60 escaños.

Los pactos implícitos entre el oficialismo y la izquierda, consistentes en concentrar el voto en el candidato con más posibilidades de derrotar a RN en cada circunscripción en el balotaje, frustraron la victoria ultraderechista.

El candidato de RN a primer ministro, Jordan Bardella, denunció una "alianza del deshonor". "La marea sube. Esta vez no ha subido lo suficiente, pero sigue subiendo y, en consecuencia, nuestra victoria sólo se ha aplazado", abundó Le Pen.

Un gobierno de su formación habría sido el primero ultraderechista en Francia desde la Liberación de la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial y uno nuevo en la Unión Europea, junto a Italia, entre otros.

Miles de personas celebraron los resultados en las calles de París y de otras ciudades de Francia, en este primer fin de semana de vacaciones escolares.

Artistas, deportistas, sindicatos y organizaciones habían llamado a frenar la llegada al poder de la extrema derecha, como la estrella del fútbol Kylian Mbappé, que pidió votar "del lado bueno".

Desde Italia, el papa Francisco advirtió este domingo contra las "tentaciones ideológicas y populistas", sin mencionar a ningún país.

- Escenarios -

Muestra de que los comicios eran cruciales, la cifra oficial de participación (59,71% a las 17H00) fue la más alta desde 1981, e incluso el expresidente socialista François Hollande volvió a la política y logró un escaño.

Macron había adelantado las legislativas previstas en 2027 para pedir una "aclaración" política a los franceses, a raíz de la victoria de RN en los comicios europeos del 9 de junio, en una decisión "arriesgada", según los analistas.

La respuesta de los electores fue reconducir los tres bloques surgidos de las elecciones de 2022 --izquierda, centroderecha y extrema derecha-- pero con una nueva relación de fuerzas y sin que alcanzaran la mayoría absoluta de 289 diputados.

El primer ministro, Gabriel Attal, anunció que presentará su dimisión el lunes, pero que continuará "mientras el deber lo exija", a menos de tres semanas de los Juegos Olímpicos de París.

La presidencia francesa aseguró que Macron esperará a conocer la "estructura" de la nueva Asamblea, que se instalará el 18 de julio, antes de decidir a quién llamará para formar gobierno.

Durante la campaña emergieron varias hipótesis: una coalición entre la izquierda y el oficialismo, o incluso un gobierno tecnócrata con apoyo parlamentario en la segunda economía de la Unión Europea.

Pero una eventual coalición parece difícil por las críticas cruzadas entre La Francia Insumisa (LFI, izquierda radical) de Mélenchon, primer socio del NFP, y la alianza de Macron, que acusó a este partido de "antiparlamentario" y "antisemita".

"Vamos a tener que comportarnos como adultos", aseguró Raphaël Glucksmann, símbolo del ala socialdemócrata del NFP, para quien "dialogar" es "un cambio de cultura política" en una Francia poco acostumbrada al parlamentarismo.

Tanto aliados como rivales de Francia en las escena internacional siguieron de cerca estos comicios, máxime cuando esta potencia nuclear es uno de los motores de la UE y uno de los principales apoyos de Ucrania contra Rusia.

El presidente del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, celebró que tanto Francia como Reino Unido hayan optado esta semana por el "rechazo a la ultraderecha y [una] apuesta decidida por una izquierda social".

"Muy feliz con la demostración de grandeza y madurez de las fuerzas políticas de Francia que se unieron contra el extremismo", dijo en la red social X el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva.

 

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