Los principales estrategas de JP Morgan y Morgan Stanley no están de acuerdo sobre cuál es el futuro que les depara a las acciones estadounidenses.

A pesar de que las tasas de interés se encuentran en el nivel más alto en décadas, el S&P 500 reportó ganancias en seis de los últimos siete meses. Esta situación generó confusión entre el público inversor, y entre los principales participantes de Wall Street.

"Vemos que la subida del mercado se limitó durante el verano debido a la inconsistencia entre el llamado de consenso a la desinflación y, al mismo tiempo, la creencia en un no aterrizaje y en una aceleración de las ganancias", escribieron en una nota los especialistas de JP Morgan liderados por Mislav Matejka.

Para el ejecutivo, durante el segundo semestre, los repuntes estarían en empresas de pequeña capitalización europeas: “Los factores determinantes son el esperado inicio de los recortes de políticas en Europa y un probable mejor impulso de la actividad interna. Creemos que para Estados Unidos estos catalizadores no son tan claros”.

Por su parte, Michael Wilson, de Morgan Stanley, dijo que su posición alcista está en juego, ya que la creciente deuda pública seguirá impulsando el gasto e inflando los precios de los activos a corto plazo, incluyendo las acciones, siempre y cuando los bonos no expongan ninguna tensión.

"Dado el rebote, el beneficio de la duda debe recaer en los alcistas en el corto plazo, pero no nos sorprendería que este sentimiento cambie en junio, ya que es probable que los datos sigan siendo mixtos", señaló.

 
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